Simone estaba harta de que los estudiantes de su Hilfertsheem College juraban por el “cáncer”. Por eso decidió, junto con un colega, montar una bonita olla. “Los niños reaccionan con risas, pero realmente pagan. Realmente no pueden escapar de mí”. ¿Y si no llevan dinero en efectivo? “Entonces podrán pagar con tarjeta”, dijo la profesora del comedor. en 2020 a NH.
La cantidad permanece secreta
Han pasado más de cuatro años y Simone ya ha donado varias veces el importe del fondo de multas. Pero Simone no quiere saber cuánto se ha donado en total. Porque, según ella, esto es a expensas del mensaje que quiere transmitir. Es decir, que no se debe regañar la enfermedad.
Ese mensaje ahora ha llegado a Hilfertsheem, porque Simone se da cuenta de que en su escuela se dicen menos palabrotas. “Sólo hay que ser muy claro con los estudiantes. Entonces eso será apreciado”.
Simone lo tiene claro. Ella también ha tenido que afrontarlo en su propia vida. “Cuando escucho a alguien maldecir, a menudo pregunto: ‘¿Tu madre murió de cáncer en tus brazos?'” Es una historia personal que causa una gran impresión en los estudiantes. Tanto es así que los estudiantes suelen donar por su cuenta.
En cualquier caso, Simone observa que la gente piensa cada vez más en decir palabrotas sobre esta desagradable enfermedad. “Hay una nueva generación de estudiantes en la escuela que lo toman más en cuenta.”
La buena marihuana llegó para quedarse
Por supuesto, Antoni van Leeuwenhoek también está muy contento con su acción. “Es fantástico cómo Simone enseña a sus alumnos a dejar de decir palabrotas con esta palabra y al mismo tiempo recauda una buena cantidad para nuestra investigación sobre el cáncer”, afirma el hospital.
Y en cuanto a la fina olla en sí: permanece. “Mientras siga trabajando en Hilfertsheem, el bote seguirá en pie. La perseverancia gana.”
Vea el informe de 2020 sobre Simone y su excelente marihuana a continuación.