Malas relaciones: tal vez ni siquiera era el hombre adecuado para mí, pero me siento mal por ello.


doarar esther,

Te he estado leyendo durante mucho tiempo y siempre encuentro los estímulos adecuados en tus palabras, pero quizás no esté preparado para aferrarme a ellas. Hace poco terminé otra reunión en la que por una razón u otra al final me siento mal y Inmovilizo mi vida en el dolor de la pérdida..

Dependencia emocional: cómo distinguirla del amor fuerte

Tal vez ni siquiera era el hombre adecuado para mí.o fue pero “No estaba preparado para una relación” porque así lo cerró, o simplemente no hizo “clic”. Y en estos casos ni siquiera puedes culparlo, ni siquiera puedes regodearte: es simplemente un imbécil.

Porque ese no es el caso, no pasó y yo Quedo aniquilado en mi dolortrabajar mal, estudiar mal, relacionarme mal y cerrarme a la gente que me rodea. Desde fuera me parece que cada vez pierdo más tiempo llora sobre mi, pero no encuentro fuerzas para levantarme, respirar y tratar de vivir bien, hasta entonces Sólo tengo 36 años. Y en cambio lo vivo como “ahora tengo 36 ya no puedo esperar nada”. Esther, me gustaría que me ilustraras sobre esto. ¿Cómo te levantas por enésima vez? y tratar de vivir bien incluso sin la perspectiva del amor.

Gracias, s.

Relaciones

La respuesta de Ester Viola

Estimado S.,

Mientras tanto, aclaremos. Si pensamos en la vida como un armario vacío que sólo un frasco puede llenar -el amor, o mejor dicho, el amor de la más alta calidad-, entonces siempre estaremos hablando, durante años, de caídas y levantamientos, de rodillas raspadas y moretones (metafórico).

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También hay que decir que la alternativa -una buena autonomía autosuficiente compuesta por diversos intereses y carreras y viajes y tal vez incluso dinero sucio- no tiene buenas críticas en la sociedad. Seguramente habrás notado que la gente es capaz de creer cualquier cosa, menos la soledad voluntaria. Incluso puedes declarar bajo juramento que todo está bien, pero no convencerás a nadie.

Pregúntales a los amantes de toda la vida qué es el amor. Pregúntele a cualquiera que haya renunciado a un poco de éxito personal a cambio de amor. Pregúntele a la gente honesta cómo funciona. La vida, con las preferencias que llevan consigo las décadas -siempre diferentes-, está destinada a moverse, a desplazar deseos. Sólo una cosa nunca cambia: la alegría o la desesperación siempre será cuestión de circunstancias y de milímetros.

Las relaciones y el arte de la resignación

¿Sabes quiénes son los que más luchan con el tema de la pareja? Los que tanto se preocupan. Los que ven el amor como una solución, como un milagro, como lo mejor que me ha pasado, los que sacan del pozo de los sentimientos la única felicidad posible.

Al parecer eres muy estricto y muy acostumbrado a juzgarte siempre con veredictos pesados. Hay una ventaja importante en estar entre los decepcionados: uno ya ha aprendido el arte de la resignación. Lamentablemente tenemos que hacerlo feliz.

Amor o no amor

Sólo una moneda vale la pena: la confianza. ¿Qué pide el mundo? Buen humor moderado. Amar o no amar, la pregunta que nos hacemos muchas veces es siempre la misma: ¿quién es el que nos abate, nos pone nerviosos y afligidos?

No hay instrucciones seguras. Sin embargo, hay una prueba que muchos de nosotros en algún momento hemos considerado útil. Es una especie de punto de inflexión oculto, un terremoto que no causa ningún daño, nadie se da cuenta de nada. Suele ocurrir una mañana cuando tienes treinta y tantos años. Estás frente al espejo, es una mañana de otoño, un día como cualquier otro. Te dices a ti mismo: querida, hay que ajustar seriamente dos cosas: tu carácter y las personas de las que decides rodearte.

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