Casos de fraude de Lululemon y Kiabi: ¿Es la industria de la moda particularmente vulnerable?


Después de los 100 millones de euros malversados ​​por el ex responsable financiero de Kiabi, Lululemon ha sido víctima de un fraude de 1 millón de dólares orquestado por una pareja de Minnesota.

Mientras que Aurélie B. habría aprovechado su posición para saquear las cuentas de Kiabi, los ladrones de Lululemon desarrollaron un sofisticado sistema para robar productos de las tiendas. Dos casos que pueden indicar un aumento del fraude en la industria de la moda. Esto plantea la pregunta: ¿Es el sector de la moda particularmente vulnerable al fraude y los defectos? ¿Qué razones podrían explicar este desarrollo?

El caso Lululemon: el enfoque

Una pareja de Connecticut, Jadion Anthony Richards y Akwele Nickeisha Lawes-Richards, están acusadas de idear un sofisticado plan para robar tiendas Lululemon en todo Estados Unidos. Su método era simple pero efectivo: intercambiando etiquetas de precios, podían robar artículos costosos sin activar las alarmas. El resultado: la pareja supuestamente robó casi $1 millón en mercancías de las tiendas Lululemon en Minnesota, Colorado y Utah.

El equipo de protección de activos de Lululemon, que seguía de cerca las actividades irregulares, había estado vigilando los negocios de la pareja durante meses. En estrecha colaboración con las autoridades policiales, la red fue desmantelada y los sospechosos fueron arrestados.

Las pérdidas financieras causadas por este tipo de estafas obligan a las empresas a invertir grandes cantidades en sistemas de seguridad avanzados, equipos especializados y asociaciones con las autoridades. Algo similar está sucediendo en Francia en el sector minorista de alimentación. Para los consumidores, estos costos a menudo conducen a aumentos de precios.

Kiabi: una malversación de fondos desde dentro

A diferencia de la pareja que se centró específicamente en el negocio de Lululemon, se dice que Aurélie B., ex directora financiera de Kiabi, aprovechó su posición privilegiada en la empresa para malversar 100 millones de euros en fondos durante un largo período.

Fraude en la industria de la moda: ¿un aumento preocupante?

Ambos ejemplos ilustran que la industria de la moda parece estar convirtiéndose en un terreno fértil para fraudes a pequeña y gran escala. La pregunta, sin embargo, es ¿cómo y si realmente se está atacando a la industria de la moda? ¿Se convertirá en un entorno atractivo para los defectos y el fraude? ¿Qué factores podrían sustentar estas observaciones?

A la hora de buscar una respuesta, una primera explicación puede ser las importantes cantidades que están en juego, ya sea en forma de fondos malversados ​​o de bienes de alta calidad. La ropa y los accesorios de alta calidad, por ejemplo, son un objetivo que vale la pena: pueden venderse fácilmente a través de mercados paralelos o en línea.

También hay puntos como la complejidad de las cadenas de suministro. Con una cadena de suministro que abarca varios continentes, la industria de la moda es propensa a errores y abusos. El gran número de subcontratistas dificulta el seguimiento de los productos y la identificación de los responsables en caso de problema.

Sin embargo, la presión sobre los costes y los plazos también influye. La industria de la moda rápida ha creado una presión constante para lograr tiempos de producción cortos y costos bajos. Esta constante presión de tiempo aumenta el riesgo de defectos, especialmente en la producción y el control de calidad, y brinda oportunidades para que los estafadores ataquen.

La industria también parece tener debilidades en la gobernanza interna. ¿Sería justo hablar de brechas en el gobierno corporativo? ¿O por mecanismos de control inadecuados? Estas acusaciones parecen duras, sobre todo teniendo en cuenta que recientemente se han descubierto casos de fraude en grandes empresas cotizadas en Francia, que están sujetas a estrictas regulaciones y controles.

El auge del comercio online y de las plataformas de segunda mano también ha multiplicado las oportunidades de fraude. Esto va desde la falsificación hasta la reventa de bienes robados.

La industria de la moda se encuentra en una encrucijada donde la velocidad, el valor y la complejidad están creando un entorno donde prosperan el fraude y los defectos. Para frenar esta tendencia, invertir en soluciones innovadoras de trazabilidad y detección de anomalías en los procesos operativos sería un paso importante para las empresas.

Este artículo apareció anteriormente en FashionUnited.fr y fue creado utilizando herramientas digitales. traducido.


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