Los datos registrados en Milán ponen de relieve que los niveles más altos de emisiones de polvo fino se registran durante las huelgas del transporte público. Destacando una incompatibilidad entre el derecho de huelga y la protección del medio ambiente y la salud, además de las molestias para los ciudadanos
Las novedades de estos días volvió a poner de relieve el problema de la contaminación atmosférica en las ciudades del valle del Poque se repite cíclicamente cada otoño. Milán y otras localidades vecinas se vieron obligadas a adoptar medidas drásticas, imponiendo bloques de trafico para intentar frenar los preocupantes niveles de contaminantes en el aire. A partir del martes y hasta el fin de la emergencia, en las provincias lombardas de Milán, Bérgamo, Brescia, Monza, Pavía, Lodi, Cremona y Mantua. Entran en vigor las limitaciones temporales de primer nivel, que incluyen el bloqueo de los motores diésel Euro 4. incluso si está equipado con un filtro de partículas. Una emergencia, la de la calidad del aire, es decir aún más crítico por el estancamiento del tiempo y el encendido de los sistemas de calefacciónfenómenos típicos de esta época del año.
cuestión de prioridad
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Sin embargo, hay un elemento del que se habla poco, pero que tiene un fuerte impacto en esta situación ya compleja: la huelgas de transporte publico. Esta forma de protesta, a pesar de tener una larga trayectoria y legitimidad constitucional, hoy muestra cierta insuficiencia respecto a los objetivos planteados. La abstención de los trabajadores en el trabajo siempre ha sido la forma más natural de protesta.capaz de ofrecer resultados concretos. La huelga clásica parece ahora menos efectiva que otras formas de protesta más modernas y basadas en los medios de comunicación, como las protestas simbólicas en grandes eventos o el uso de plataformas digitales para crear un impacto significativo. sin causar daños colaterales a la población y al medio ambiente. Las huelgas son cada vez más frecuentes, lo que en algunas ocasiones no respetar las zonas protegidas y que obligan a los viajeros y a todos aquellos que dependen del transporte público a buscar soluciones alternativas, a menudo utilizando sus propios coches. Y la edad de la flota que circula en Italia, de más de 12 años de media, es un punto delicado.
Huelgas y pm10 se disparan
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En las últimas semanas, durante otra huelga del transporte público, las unidades de control de la calidad del aire en Milán y Nápoles han registrado aumentos significativos en las concentraciones de PM10 y PM2,5 en comparación con los días sin disturbios. En particular, En Milán los valores de PM10 han superado el umbral máximo de 50 µg/m³. En particular, el 31 de octubre las unidades de control registraron valores entre 62 y 49 µg/m³en comparación con los 20-38 µg/m³ del 29 de octubre. Incluso el 1 de noviembre, aunque se observó un ligero descenso, las concentraciones se mantuvieron elevadas, entre 53 y 45 µg/m³, mucho más alto que en los días sin huelga y en cualquier caso por encima del umbral en las encuestas realizadas en zonas menos céntricas. Situaciones similares se observaron en Nápoles, con un aumento significativo de las concentraciones de PM10, que alcanzaron niveles críticos en zonas como Nápoles Via Epomeo y Torre Annunziata, y que se mantuvieron elevadas incluso al día siguiente.
el verdadero enemigo
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El CO2 no es el principal problema en estos días de bloqueos y huelgas, sino las PM10 y PM2,5, contaminantes capaz de penetrar los pulmones y el sistema cardiovascularprovocando graves daños a la salud, especialmente en las personas más vulnerables como niños y ancianos. Un debate más amplio y compartido podría representar un paso adelante, encontrar soluciones que sean verdaderamente sostenibles, tanto para los trabajadores como para el medio ambiente y toda la comunidad.
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