Comidas deshidratadas (y desalinizadora de agua), una hora de sueño cada 4… Todas las técnicas desarrolladas por los regatistas para resistir la regata en solitario que dura más de dos meses
Con un barco lento no se puede ganar ninguna regata, ya sea el campeonato de invierno o la Copa América. Pero en la Vendée Globe, la vuelta al mundo en solitario y sin escalas, el elemento humano cuenta mucho. Es bien sabido que hay patrones excelentes en el circuito oceánico pero que no saben gestionar adecuadamente su habitabilidad durante un período de 70-80 días en el mar y, en consecuencia, en regatas en solitario no pueden obtener los resultados que merecen. Los diseñadores del IMOCA 60, la clase admitida en la Vendée Globe, hacen todo lo posible para hacer la vida más fácil a los navegantes, creando una disposición de cubierta que hace que las maniobras funcionen lo menos posible cuando no están electrificadas y requieren esfuerzo físico. Sin embargo, hay algunas opciones comunes, ver la cabina que alguna vez estuvo protegida por una cúpula mientras que hoy están totalmente cerradas y no es fácil ver los barcos solitarios afuera, a menos que las condiciones climáticas sean favorables. Por lo demás, la disposición del equipamiento sigue -y con razón- la máxima personalización.