Los ALCALDES de Francia quieren romper un acuerdo fronterizo clave con Gran Bretaña porque dicen que es blando con la inmigración ilegal.
El grupo de 14 miembros de la Costa de Ópalo acusó a los políticos del Reino Unido de hacer ruido sobre detener los barcos pero no hacer lo suficiente para disuadirlos.
La alcaldesa de Calais, Natacha Bouchart, afirmó: “La gente habla de una frontera, pero en realidad no existe porque las autoridades británicas aceptan a todos los inmigrantes que llegan. Ya es suficiente”.
Los líderes locales quieren que París renegocie el Tratado Le Touquet de 2003 que permite a funcionarios británicos y franceses estar en el puerto de la otra nación.
La idea es que si no hay funcionarios del Reino Unido en Calais, los inmigrantes podrían cruzar el Canal de la Mancha sin necesidad de pandillas, con Francia prácticamente libre del problema.
También quieren que Sir Keir Starmer endurezca la aplicación de la ley contra las llegadas ilegales, que pueden “encontrar un trabajo y quedarse allí”.
El número 10 negó haber sido blando, mientras que el primer ministro prometió que estaba “apuntando a las pandillas”.
La ministra del Interior, Yvette Cooper, admitió: “Necesitamos medidas más contundentes contra el trabajo ilegal en el Reino Unido”.
Pero dijo que las redadas policiales han aumentado en una quinta parte desde las elecciones, con más de 10.000 inmigrantes ilegales deportados.