Vivir en una conejera durante 24 horas con fines benéficos. “Algunas personas piensan que estoy loca”, se ríe Evelien van der Niet de Gemert. Quiere recaudar dinero para un nuevo apartamento para conejos en el refugio de Schaijk, por eso durmió una noche entre los excrementos.
Vestida con gruesas capas de ropa y con un poco de paja en el pelo, Evelien se sienta en el suelo de la conejera. Bengel (conejo, ed.) salta un poco a su alrededor, pero la mayoría de los conejitos están felices afuera. Ha llegado su última hora en la jaula. Evelien quiere recaudar dinero para “caridad”. En este caso: refugio para conejos Hazel en Schaijk.
Allí les falta un buen apartamento para conejos. Hay que sustituir el viejo y la pijamada de 24 horas pretende recaudar 2.200 euros. A Evelien le encantan los conejos desde que encontró a un pequeño triste al costado del camino.
“Luego la tomé bajo mi protección para ayudarla a ganar algo de fuerza, pero resultó que estaba embarazada”, dice. Nació un profundo amor por los roedores.
Ahora duerme una noche entre sus animales favoritos. Ha dispuesto una jaula de tal manera que pueda tumbarse con las piernas levantadas en el recinto de 1,50 metros. “De hecho, así logré dormir bastante bien”, dice. “No era tan malo el frío que hacía”.
“Saltan muy bien. Y me gusta hacer esto por una buena causa”.
“¿Qué me gusta de los conejos? Sí, es gracioso”, dice Evelien, como si dormir entre roedores fuera lo más normal del mundo. “Saltan muy bien. Y me gusta hacerlo por una buena causa. Ya hemos recaudado 1.500 euros, pero esperamos que siga llegando más dinero”.
Cuando Evelien sale de su conejera después de 24 horas, su ‘club de fans’ está listo en el jardín. La hermana, el padre y la madre inmediatamente comienzan a aplaudir y abrazar a su heroína roedor. “¡Sí, lo lograste! ¡Muy orgullosa!”, grita su hermana. “¿Y ahora qué? ¿Una siesta?”, pregunta. “No, primero en un baño de burbujas tibio”, dice Evelien.