Regulación climática, mejora de la calidad del aire, lucha contra la inestabilidad hidrogeológica. Eso es lo que hacen los árboles, cumpliendo una función fundamental ante la intensificación de los fenómenos extremos provocados por el cambio climático.
El año pasado, sin embargo, las nuevas plantaciones disminuyeron un 9,6 por ciento. Desde la primavera de 2023 hasta los primeros meses de 2024 se plantaron 2,4 millones de árboles frente a los 2,65 millones plantados desde la primavera de 2022 hasta los primeros meses de 2023.
Así lo revela la cuarta edición del Atlas Forestal elaborado para Il Sole24Ore el lunes por Legambiente y Azzero CO2 (consultora en materia de sostenibilidad y energía), en colaboración con la Compagnia delle Foreste (para la tercera edición del Atlas ver Il Sole24ore de 6 de noviembre de 2023).
El valor económico
Los beneficios ecosistémicos producidos por los 2,4 millones de árboles y arbustos plantados en 2023 ascenderán a 16,1 millones de euros al año. De hecho, como cada año, el Atlas también estima el valor de los bienes y servicios generados por la plantación a través de una metodología de cálculo basada en bases de datos internacionales que cuantifica los efectos positivos de las nuevas superficies arbóreas.
Las zonas verdes – además de desempeñar un papel fundamental en la contención del cambio climático (las plantas absorben CO2, principal gas de efecto invernadero responsable del calentamiento global) – también previenen la inestabilidad hidrogeológica, mitigan eventos extremos, reducen el riesgo de inundaciones y erosión del suelo, producen materias primas y alimentos, regulan la calidad del aire. Sin olvidar los servicios que genera la mejora estética del paisaje, empezando por el turismo y las actividades recreativas. «Crear pulmones verdes en las ciudades – afirma Giorgio Zampetti, director general de Legambiente – es uno de los objetivos de la Fiesta del Árbol que este año celebramos del 21 al 24 de noviembre. Queremos ciudades más bellas y respirables, pero también más resilientes a los efectos de la crisis climática: un resultado que proviene sobre todo de la buena gestión de los espacios verdes urbanos, con demasiada frecuencia descuidados, si no abandonados.”