Cada empresa que consume 1 gigavatio hora de electricidad al año (y en Flandes hay nada menos que 2.500) deberá tener paneles solares en sus tejados a mediados del próximo año. En caso contrario, el gobierno flamenco impondrá multas. La ley ya fue votada en 2022, pero los empresarios afirman que es inviable y conduce a “situaciones absurdas”. Incluso una empresa cuya producción se haya detenido mientras tanto tiene que cumplir con la obligación.
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