Vuelve la fiesta “Madonna della braciola” tan querida por Giocomo Leopardi


“Ya lo habrás hecho fiesta de la virgenNo me encontré allí. Os aseguro que lo pensé y lo lamenté. Paciencia”. Expresar su pesar por no poder participar en las celebraciones de la “Madonna Consoladora de los Afligidos”, protectora de su familia, es Giacomo Leopardien uno carta escrita de Bolonia en 1825 a hermana paulina. Para los leopardos tradición comenzó en 1737que se renueva cada año en segundo domingo de noviembre.

El menú de Monaldo.

Es objeto de culto un cuadro conservado en el convento de los Capuchinos de Montemorello, en la capilla que pertenece a la familia. Una pintura que representa a la Virgen, conocida por el pueblo de Recanati como la “Virgen de la chuleta“, porque con motivo del aniversario los Leopardi abrieron su casa para un almuerzo al que asistieron las autoridades civiles y religiosas, con una menú escrito personalmente por padre de Santiago, monaldo. Los condes dieron comida a los frailes capuchinos, destinada a los menos favorecidos de la ciudad, a quienes también les dieron una chuleta, un alimento verdaderamente raro para los pobres. Para el fabuloso joven, una cita importante hasta el punto de perderla cuando, en esa fecha, se encontraba lejos de su ciudad natal. La tradición del barrio de Montemorello, interrumpida después de la guerra, se reanudó este noviembre precisamente por voluntad de los habitantes de Montemorello, el barrio de la pequeña plaza de los sábados del pueblo dominada por el imponente palacio y la casa de Silvia. Una iniciativa a la que se sumaron con entusiasmo los frailes del convento de los Capuchinos y la condesa Olimpia Leopardi y su familia.

La celebración de la fiesta de la “Madonna della braciola”

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Continuidad con Olimpia Leopardi

“Me sentí feliz de retomar una tradición que siempre había oído de mi abuela – dice Olimpia Leopardi – y es bueno ver que la fiesta no ha cristalizado con el tiempo. Porque una reproducción fiel habría sido sólo una representación, una recreación histórica. Monaldo recibió a los invitados en su casa, luego la celebración pasó a los Capuchinos pero estuvo abierta sólo a los habitantes de Montemorello – afirma Olimpia Leopardi – hoy es para todos”.

A hermano francisco – después de la misa, la procesión y los cantos de la Coral del Cristo Re – la tarea de volver a proponer el menú de Monaldo para más de 200 personas: passatelli, polenta, salchichas y costillas, carne hervida y sazonada con salsas. Imperdible cortarcortar de forma que se salve la grasa. Parte que fue muy popular entre la gente porque era particularmente nutritiva. “Mi abuela – explica Olimpia Leopardi – me dijo que a principios del siglo XX, para definir a una persona verdaderamente insatisfecha, decían ‘hasta la grasa del caldo le repugna’. Una expresión que explica bien cómo se consideraba valiosa esta parte de la carne”. El espíritu de una celebración dedicada a la celebración se mantiene firme en el tiempo cohesión social y de solidaridad. El producto del almuerzo y las donaciones de particulares, hoy como entonces, han sido confiadas a los frailes misioneros para ser destinadas a familias más necesitadas de Recanati.



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