Según el israelí, todo ocurrió muy rápido y ocurrió en unos diez segundos. “Después del asalto, corrí hacia la calle, pero nadie me ayudó. Más tarde, otros seguidores vinieron y me protegieron, pero los atacantes continuaron amenazándome”. Huyó a un hotel cerca de Damrak y fue atendido por el portero nocturno Peter.
Peter: “Poco después de empezar mi turno, un hombre con la cabeza ensangrentada entró corriendo al hotel. Pidió cubitos de hielo y dijo que había sido atacado por hombres árabes”.
Momentos después, Peter vio a los aficionados al fútbol israelíes corriendo presas del pánico desde todas direcciones hacia el hotel. “En dos minutos, había más de quince personas dentro”.
El portero nocturno los condujo a una zona más segura del hotel. “Cuando bajé las escaleras, vi un gran grupo de hombres afuera del hotel”. Peter calcula que los hombres, algunos con banderas palestinas, tenían entre 18 y 30 años. “Parecía una acción bien organizada”.
Afuera, la violencia aumentó rápidamente, dijo Peter. Describe la situación como caótica y ansiosa. “Abrí las puertas del hotel a las personas que huían. Corrieron para salvar sus vidas”.