El SF-24 se convirtió en un monoplaza polivalente gracias a una nueva parte inferior y a variaciones en el alerón delantero que proporcionaban el equilibrio aerodinámico adecuado.
El dato más importante que trascendió tras la fallida victoria y doblete en el GP de México de F1 es que el SF-24 se ha convertido a todos los efectos en un monoplaza. todo el año. Este término indica un coche potencialmente competitivo en cualquier tipo de pista, por lo que el SF-24 posee aquellas características que inicialmente limitaban su rendimiento en determinadas pistas, con un trazado específico. Interlagos, donde correremos este fin de semana, en teoría, antes de las carreras en Austin y Ciudad de México, estaba entre aquellos donde las características del SF-24, hasta ese momento, no podían considerarse óptimas. Un circuito sustancialmente dividido al cincuenta por ciento entre un largo sector central mixto, donde el manejo, pero sobre todo el equilibrio dinámico y aerodinámico juegan el papel principal de diferenciadores de prestaciones. Combinado por otro lado con dos sectores rápidos, el primero caracterizado por una bajada de izquierda a derecha, mientras que el último por una larga subida de aceleración que finaliza en la recta principal. En esencia, la configuración perfecta para Interlagos siempre ha sido un compromiso que, sobre el papel, habría constituido una solución que limita el rendimiento del SF-24, reduciendo su rendimiento en una de las dos macro secciones. En México, por el contrario, Ferrari ha derribado efectivamente todos los prejuicios posibles, incluso el de, por ejemplo, una mala adaptabilidad a pistas con poco agarre, como la mexicana.
equilibrio aerodinámico
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Lo que parece evidente, a estas alturas de la temporada, es que el equilibrio aerodinámico logrado con los últimos desarrollos introducidos en Monza y luego en Singapur ha eliminado efectivamente cualquier limitación de rendimiento en la dinámica del vehículo. Para explicar mejor el concepto, podemos decir que el equilibrio aerodinámico conseguido es exactamente funcional a la máxima expresión de las características dinámicas del coche. Es decir, una vez identificados los problemas que provocaron el salto y encontrada su solución a lo largo del verano, ya no fue necesario optimizar el comportamiento dinámico del SF-24, ya que sólo el movimiento del marsopa ocultaba su excelente equilibrio. Es como si se hubiera disipado una espesa niebla que envolvía el rendimiento del coche, haciendo que el mapa de rendimiento del coche fuera confuso y difícil de entender. Una vez levantada la manta que impedía entender qué era lo que realmente bloqueaba al SF-24, todo quedó claro, y aún más cómo decidir, sin incertidumbres, la puesta a punto básica de cada circuito, factor decisivo sobre todo en los fines de semana Sprint.