Soutaja, sobre Jari Saario, abre la famosa travesía del Atlántico.
Inka Soveri
La mente cansada y carente de energía de Jari Saario hizo sus trucos cuando estaba a punto de llegar a Antigua. Atrás quedó la dura travesía del Atlántico a remo.
Saario cuenta su experiencia recién salida del horno Remero– en el capítulo Psicosis de su libro.
Me acerqué a la isla de Antigua desde una dirección realmente extraña. Mis entrenadores deberían haberse asegurado de que siempre siguiera la ruta planificada. En eso habían fracasado.
El entrenador principal del proyecto fue Lasse Wulff Hansenun danés que ha cruzado el Atlántico tres veces a remo. El paquete de entrenamiento incluía la transmisión de información meteorológica durante toda la temporada.
El crédito de Saario se desmoronó.
Continué remando en la dirección que me recomendó Lasse, pero mis dudas no me dejaron en paz. Después de un par de días, intenté llamar muchas veces a Lasse para confirmar la ruta, pero no pude ponerme en contacto con él.
Saario finalmente alcanzó a Hansen, quien ordenó remar rápidamente hacia el norte, hacia Antigua.
Ya había agotado todas las energías que me quedaban, pues no había tenido tiempo de comer nada durante dos días de remo sin parar. Estaba tan cansado que ya ni siquiera me sentía cansado ni tenía hambre. No paré ni un segundo.
La isla se acercó a Antigua en plena oscuridad. Volvió a gritar instrucciones, que no quería creer.
Saario había dicho a los medios durante el viaje que había recibido malas instrucciones por parte del técnico. Ahora se le metió en la cabeza que tal vez Hansen quería venganza.
Recordé que Lasse es un soldado profesional. Mi mente me convenció de que Lasse quería dispararme. Debería permanecer escondido de Lasse y sus tropas. Estaba muy asustado en medio del océano oscuro.
Saario dice en el libro que incluso llamó a su esposa y le dijo que se escapara.
“Lasse se enfadó mucho conmigo cuando le ladré la información meteorológica. Necesitas ir a algún lugar para refugiarte ahora”, dije. Me quedé en completo silencio hasta Heidi (esposa) me devolvió la llamada. Había hablado con Lasse por teléfono y se dio cuenta de que Lasse no se había equivocado. Fue entonces cuando una parte de mí se dio cuenta de qué se trataba. “Heidi, ahora a mí también me pasó. Me equivoqué aquí”.
Saario se atrevió a encender la antorcha de señales, aunque todavía temía que Hansen “pudiera recibir un disparo en la mano con un rifle de francotirador”.
Cuando las suelas de mis zapatos tocaron el muelle, volví a la normalidad. Mis amigos que practican ultradeportes ya me habían dicho antes de partir hacia el Atlántico que esto podía pasar. Habían dicho que la falta de energía y de sueño podía llevar a cualquiera al borde de la psicosis. Había estado a punto de perder la batalla contra mi mente.
El viaje de la isla a través del Atlántico desde Canarias hasta Antigua a principios de 2023 duró poco más de dos meses.
Annika Hytönen: Jari Saario – remero. WSOY. Los pasajes en cursiva son extractos del texto de Hytönen.