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El grande laborista Peter Mandelson y el principal jefe de capital privado de Estados Unidos, Harvey Schwartz, abandonaron la junta directiva del Banco de Londres, en el último golpe a la atribulada fintech.
Mandelson y Schwartz, director ejecutivo del Grupo Carlyle, eran las dos figuras más importantes del directorio del holding del banco. Su participación ayudó a dar credibilidad a la nueva empresa, ya que recaudó fondos y se embarcó en una ola de contrataciones.
La salida de prominentes figuras políticas y financieras es el último revés para el banco, que está luchando por reposicionarse después de que en septiembre fuera puesto en el centro de atención por una orden de liquidación de las autoridades fiscales del Reino Unido por deuda impaga.
Posteriormente, HM Revenue & Customs retiró la petición, pero persistieron las dudas sobre la salud financiera de TBOL.
El Financial Times informó más tarde que TBOL había dicho a inversores potenciales a principios de este año que tenía una necesidad “inmediata” de recaudar millones de libras para capital regulatorio. También dijo que había preparado planes para una liquidación solvente en caso de que la recaudación de fondos no tuviera éxito.
Schwartz, ex alto ejecutivo de Goldman Sachs y uno de los nombres más reconocidos en Wall Street, no ha hecho ningún comentario público sobre la crisis en el banco a pesar de ser presidente del grupo.
El fundador de TBOL, Anthony Watson, que renunció como director ejecutivo en septiembre, también dejó el directorio del holding.
Watson tiene estrechos vínculos con el Partido Laborista y los registros oficiales muestran que ha donado casi 500.000 libras esterlinas al partido y a políticos individuales, incluida la ministra del Interior, Yvette Cooper, desde 2015.
“Estos cambios en la junta directiva reflejan la intención de TBOL de alinear su liderazgo con su dirección estratégica”, dijo el banco.
El Banco de Londres también reiteró que estaba atravesando un realineamiento estratégico que condujo a una ronda de recortes de empleos al abandonar sus planes de expansión global para centrarse en el mercado del Reino Unido.
El mes pasado, el banco anunció que había recaudado 42 millones de libras esterlinas en una nueva ronda de financiación liderada por el actual inversor y miembro de la junta directiva, Mark Tluszcz.
El Banco de Londres se había posicionado como una de las empresas tecnológicas más prometedoras de Gran Bretaña desde que recibió una licencia bancaria de los reguladores del Reino Unido en 2021, cuando se jactaba de superar los mil millones de dólares en valoración.
Pero se vio afectado por una serie de reveses cuando se embarcó en una costosa expansión en Estados Unidos, que incluyó la ocupación de espacio de oficinas que anteriormente ocupaba la oficina familiar Archegos Capital Management, cuyo colapso costó a varios bancos importantes miles de millones de dólares.
“TBOL está fortaleciendo el cumplimiento, la gestión de riesgos y los marcos operativos para proporcionar soluciones bancarias confiables y resilientes para sus clientes del Reino Unido”, dijo un portavoz del banco, y agregó que estaba “adoptando un enfoque mesurado” para el crecimiento.