Una última vez el himno, una última vez el brazalete de capitán, una última vez para Alemania. Alexandra Popp se despidió el lunes de la DFB con sentimientos encontrados.
Se habían jugado menos de 15 minutos cuando Nicole Anyomi estaba al margen. El delantero del Eintracht Frankfurt recibió las últimas instrucciones del cuerpo técnico antes de que se levantara la pizarra. El número 18 brillaba en verde, el número 11 en rojo: Anyomi arriba, Alexandra Popp abajo.
El último partido de “Poppi”, como se llama al veterano goleador de la DFB, había terminado. El seleccionador nacional Christian Wück había anunciado que sustituiría a Popp en el primer tiempo contra Australia el lunes para probar a un jugador con el que poder planificar el futuro.
La propia mujer de 33 años tenía sentimientos encontrados sobre su breve misión. “No puedo negar que fue divertido porque fuimos buenos empujando”, dijo Popp, quien tuvo que abandonar el campo cuando el marcador estaba 1-0. “Es una pena, ya se acabó”, pensó cuando fue sustituida. Aunque el momento fue acordado con el seleccionador nacional Christian Wück, el partido terminó antes de lo esperado para Popp. Aún así, dijo, “realmente estuvo bien”. También es “extremadamente importante” para ella que los jugadores den ahora los siguientes pasos, “que la nueva era comience con ellos en cierta medida”. Tendrían que desarrollarse nuevas jerarquías.
En general, Popp dijo que estaba “abrumada por todo el asunto” después de que los fanáticos se levantaron y sus compañeros de equipo formaron una fila para despedirse. “Especialmente con la sustitución y especialmente con el himno nacional. Tengo que decir que tuve que luchar mucho”. Ya se han derramado una o dos lágrimas.
Después del partido, en el que Alemania perdió 1-2, Popp continuó con una ronda de despedida. Las cosas también se pusieron emotivas para ella allí.
El equipo echará de menos al goleador. Como capitán, figura destacada y estrella mediática, que siempre fue una especie de pionero. “Ahora les toca a ellos”, enfatizó Popp, refiriéndose a sus compañeros de equipo, “de presionar un poco” para impulsar el desarrollo.
Desde el punto de vista de Popp, aún queda mucho por mejorar, especialmente a nivel de clubes, ya sea en términos de infraestructura o de profesionalización en la Bundesliga. Lo más importante para Popp: “Me gustaría que los jugadores pudieran concentrarse al cien por cien en el fútbol”.
Sus herederas estarían felices si “Poppi” pasara por allí en el futuro. “Ella sabe que siempre será bienvenida, que siempre puede unirse al equipo nacional y venir a cenar”, explicó su compañera de equipo Giulia Gwinn.