El residente de Coevorde, de 32 años, que disparó con un rifle contra una casa en la calle Eendrachtstraat de su ciudad natal el pasado diciembre no tiene por qué volver a la cárcel. El hombre fue condenado a 539 días de prisión por amenazas, tenencia prohibida de armas y agresión, de los cuales 360 días fueron condicionales. Esto equivale a su prisión preventiva. Además, el hombre deberá realizar 240 horas de servicio comunitario.
El hombre fue condenado a dos años y medio de prisión, de los cuales un año era condicional. Este castigo también sería por haber prendido fuego a la caravana de su difunto padre. Según el juez, no hay pruebas suficientes de que se haya producido un incendio provocado, aunque las imágenes de las cámaras muestran que la caravana empieza a arder y el sospechoso se pierde de vista poco después. Fue a avisar a su madre, dijo el hombre.
No está claro cómo empezó el incendio, dijo el juez. Tampoco está claro si el sospechoso tuvo algo que ver en esto. El juez considera algo malo disparar contra el domicilio de un ex policía. El sospechoso envió un mensaje de texto a la policía un día antes diciendo que tenía armas en su poder y que quería deshacerse de ellas.
Los testigos reconocieron al sospechoso como el tirador. Poco después, la policía encontró armas y municiones prohibidas en la caravana del hombre. El sospechoso estaba luchando con un problema de drogas y alcohol en ese momento. No pudo hacer frente a la muerte de su padre. Debido a diversos trastornos, se le puede responsabilizar en menor medida de sus acciones.
Después de seis meses de prisión preventiva, el sospechoso permanece en un centro residencial donde está supervisado. Aunque abusó de un compañero residente allí, el juez todavía considera muy importante continuar con esta orientación. El hombre deberá pagar a la víctima del bombardeo una indemnización de 1.000 euros.