Cómo los arqueólogos que buscaban el Arca de Noé hicieron un descubrimiento increíble en un montículo con forma de barco que se remonta a los tiempos bíblicos


EN las remotas montañas del este de Turquía, un equipo de arqueólogos y científicos hizo un descubrimiento que podría reavivar uno de los misterios más antiguos del mundo: la búsqueda del Arca de Noé.

Después de décadas de especulaciones, la llamada formación Durupinar (un montículo con forma de barco que se encuentra a sólo dos millas de la frontera entre Turquía e Irán) ha vuelto a captar la atención del mundo.

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Los creacionistas han afirmado durante mucho tiempo que el Arca de Noé está enterrada bajo un lugar rocoso conocido como el sitio Durupınar en el este de Turquía.Crédito: NoahsArkScans.com
El montículo con forma de barco se encuentra a sólo dos millas de la frontera entre Turquía e Irán.

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El montículo con forma de barco se encuentra a sólo dos millas de la frontera entre Turquía e Irán.Crédito: Creative Commons
Un escaneo 3D de esta formación rocosa única

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Un escaneo 3D de esta formación rocosa única

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La historia comenzó con el curioso hallazgo de un granjero kurdo en 1948, pero no fue hasta el verano de 2021 que un equipo internacional de expertos se propuso analizar científicamente esta intrigante formación geológica.

Trabajando bajo el lema del “Equipo de Investigación del Monte Ararat y el Arca de Noé”, científicos de universidades de Turquía y Estados Unidos convergieron en el sitio con tecnología de punta y una misión singular: determinar si la formación podría resistir vestigios de actividad humana que se remontan a los tiempos bíblicos.

Buscando la verdad

El equipo abordó el proyecto con cauteloso optimismo.

Si bien la formación Durupinar se conocía desde hacía décadas (llamada por primera vez a la atención más amplia en la década de 1950 por el capitán del ejército turco Ilhan Durupinar), el consenso científico sobre sus orígenes seguía siendo difícil de alcanzar.

¿Fue simplemente una formación natural o podrían ser realmente los restos petrificados del Arca legendaria?

Para responder a esta pregunta, los investigadores comenzaron a recolectar casi 30 muestras de suelo y roca del sitio, cada una cuidadosamente elegida para ayudar a descubrir los secretos geológicos del montículo.

Su análisis, realizado en la Universidad Técnica de Estambul, buscó determinar la edad y composición de la formación, con un enfoque específico en identificar signos de actividad humana antigua o evidencia de que el sitio alguna vez estuvo sumergido bajo el agua.

Los resultados, cuando llegaron, fueron sorprendentes.

Las muestras tenían una antigüedad de entre 3.500 y 5.000 años, lo que coincide perfectamente con la cronología bíblica del diluvio de Noé.

La verdadera Arca de Noé ‘enterrada en las montañas turcas’ y los expertos dicen que son escaneos 3D

Aún más intrigante, el equipo descubrió la presencia de sustancias parecidas a la arcilla y materiales marinos en el suelo.

Estos hallazgos alimentaron la teoría de que la formación Durupinar podría haber sido parte de un ambiente marino hace miles de años, fortaleciendo la hipótesis de que aquí podría ser donde se posó el Arca de Noé.

Revelando el misterio

Es difícil ignorar la llamativa forma de la formación Durupinar. Desde el suelo, el sitio parece un enorme montículo de 538 pies de largo, que se estrecha hasta un punto muy parecido a la proa de un barco.

Durante décadas, esta característica por sí sola ha atraído a la región a aventureros, científicos y entusiastas del Arca, con la esperanza de que esta maravilla natural pueda ser la clave para descubrir la verdad detrás de una de las historias más perdurables de la Biblia.

Las características físicas del sitio se alinean estrechamente con la descripción bíblica del Arca: “Una longitud de trescientos codos, una anchura de cincuenta codos y una altura de treinta codos”.

Para algunos, estas dimensiones son demasiado cercanas como para ser mera coincidencia.

Pero la importancia de este descubrimiento va más allá de sus dimensiones.

Como señaló el profesor Dr. Faruk Kaya, vicerrector de la Universidad Agri Ibrahim Cecen: “Según los resultados iniciales, se cree que hubo actividades humanas en esta región desde el período Calcolítico”, que abarca del 5500 al 3000 a.C.

Este período, marcado por la transición de las herramientas de piedra a las de metal, sitúa el sitio firmemente dentro de la línea temporal de las civilizaciones antiguas.

Esta evidencia refuerza la posibilidad de que los humanos hayan utilizado esta región durante o después de una inundación catastrófica.

En el Libro del Génesis, las montañas de Ararat, en lo que hoy es el este de Turquía, son la región en la que reposa el Arca de Noé después del Gran Diluvio.

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En el Libro del Génesis, las montañas de Ararat, en lo que hoy es el este de Turquía, son la región en la que reposa el Arca de Noé después del Gran Diluvio.Crédito: Alamy
Una representación de cómo podría haber sido el Arca de Noé

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Una representación de cómo podría haber sido el Arca de NoéCrédito: Getty – Colaborador

Importancia global del Arca de Noé

Para quienes participan en la investigación, la importancia de este descubrimiento no se limita a sus implicaciones religiosas.

Si bien el Arca de Noé es un elemento clave en el cristianismo, el islam y el judaísmo, la historia también aborda cuestiones humanas más amplias sobre la supervivencia, la fe y la fragilidad de la vida frente a los desastres naturales.

Los hallazgos del equipo, particularmente los materiales marinos incrustados en el suelo de la formación, sugieren que el área pudo haber estado sumergida en una gran masa de agua en algún momento.

¿Podría ser esto evidencia del Gran Diluvio?

Si bien la teoría sigue siendo altamente especulativa, la noción de que los humanos antiguos presenciaron y sobrevivieron a tal cataclismo ha cautivado a eruditos y teólogos por igual durante siglos.

Para el profesor Kaya y sus colegas, la posibilidad de vincular estos hallazgos científicos con una de las leyendas más famosas de la historia es a la vez estimulante y desalentadora.

En su intervención en el reciente Séptimo Simposio Internacional sobre el Monte Ararat y el Arca de Noé, Kaya enfatizó la importancia de su trabajo.

“Un resultado esencial del simposio es la decisión de realizar más investigaciones en Cudi y Ararat, conocida como la región de Mesopotamia. Ambos se mencionan en el Sagrado Corán y la Biblia”, dijo.

Los estudios con radar de penetración terrestre (GPR) se realizaron en el sitio y parecen mostrar la forma de un arca.

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Los estudios con radar de penetración terrestre (GPR) se realizaron en el sitio y parecen mostrar la forma de un arca.Crédito: NoahsArkScans.com
Las imágenes muestran las dimensiones de la supuesta embarcación.

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Las imágenes muestran las dimensiones de la supuesta embarcación.Crédito: NoahsArkScans.com

Una historia de la búsqueda del Arca.

Esta no es la primera vez que los científicos creen que están cerca de encontrar el Arca de Noé.

La propia formación Durupinar se observó por primera vez a principios del siglo XX, aunque su descubrimiento se ha visto empañado durante mucho tiempo por teorías y debates en competencia sobre sus orígenes.

La búsqueda del Arca se remonta a la antigüedad, con peregrinos religiosos y exploradores peinando las laderas del Monte Ararat en busca de rastros de la legendaria embarcación.

Mientras que algunos descartaron la formación como un fenómeno natural, otros se mantuvieron firmes en la creencia de que el sitio contenía los restos del Arca, petrificados y enterrados por el tiempo.

La tecnología moderna ha aportado un nuevo nivel de rigor a estos esfuerzos.

Desde imágenes satelitales hasta muestreo geológico avanzado, las herramientas disponibles para los investigadores de hoy ofrecen oportunidades sin precedentes para analizar sitios antiguos en busca de signos de actividad humana.

Aun así, muchos advierten que la prueba científica de la existencia del Arca puede seguir siendo difícil de alcanzar, si no imposible, de confirmar.

¿Cuál es la historia del Arca de Noé?

EL Arca de NOÉ es una historia bíblica que se encuentra en el Libro del Génesis, capítulos 6 al 9.

Describe cómo Noé, un hombre justo, recibió instrucciones de Dios de construir un arca grande (una especie de barco) para salvarse a sí mismo, a su familia y a parejas de todas las especies animales de un diluvio catastrófico.

Según la historia, Dios decidió inundar la Tierra debido a la maldad generalizada de la humanidad, pero decidió perdonar a Noé debido a su justicia.

Noé construyó el arca según las instrucciones, reunió a los animales y a su familia, y después de que las aguas del diluvio retrocedieron, repoblaron la Tierra.

La historia es una parte clave de las tradiciones religiosas abrahámicas (judaísmo, cristianismo e islam) y a menudo se interpreta como un mensaje de fe, obediencia y la promesa de Dios de no volver a destruir la Tierra con un diluvio, simbolizado por el arco iris.



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