Velasco: “Yo antes preparaba los partidos de los inferiores como Al Pacino. En cambio, gritar no sirve de nada…”


El entrenador de la selección femenina de voleibol: “El grupo de París venía de un año difícil, necesitaban tranquilidad. Cometí todos los errores que hoy digo no cometer al principio”

De nuestra corresponsal Simone Battaggia

12 de octubre – 22.39 h – TRENT

Más de una hora de lecciones de deporte, psicología y vida. Julio Velasco encanta al público del Festival Deportivo con la misma capacidad de persuasión que en siete meses le permitió transformar la selección femenina de voleibol, darle serenidad, unidad, bases sólidas y llevarla donde el voleibol italiano nunca había llegado, a un oro olímpico.

las razones

En el Teatro Sociale Velasco es recibido con una ovación. En la entrevista, realizada por el subdirector del Corriere della Sera Aldo Cazzullo, las historias de París 2024 se vinculan a las vivencias del técnico argentino. Porque todo tiene una explicación, todo tiene un referente, nada sucede por casualidad. “Es la primera vez que miro estas imágenes – comienza después de repasar los partidos ganados en los Juegos –. Me emocioné. Ahora nos damos cuenta de lo que hicimos, más que entonces. Los entrenadores tenemos que transmitir lo que necesita el equipo. Este grupo venía de un año difícil, necesitaba tranquilidad, era necesario combatir la ansiedad, enseñar a vivir el momento. No había necesidad de gritar. Durante los Juegos Olímpicos traté de permanecer impasible, aunque dentro fuera diferente. El entrenador es un buen actor. No creo en discursos sin coherencia, sin una verdad detrás. A un entrenador ante todo le deben gustar sus jugadores. No porque sean los más fuertes, sino porque son suyos. En cuanto a los niños.” Para Velasco una de las claves de los Juegos fue la técnica. “Jugamos mejor que los demás. Esto fue lo decisivo y también es el momento adecuado para decirlo. Por supuesto, la psicología, el grupo, pero al final hay que jugar mejor que el rival. No es bueno, pero al menos es mejor. Trabajamos mucho en servir y recibir. En el voleibol, en el servicio y en la recepción hay que trabajar mucho porque son cosas que definitivamente siempre suceden”.

Julio y Al Pacino

La lección final es también una paradoja. “Los errores que ahora digo no cometer, los cometí todos al principio. Hice que mis jugadores se sintieran ineficientes, les envié el mensaje de que yo era el fuerte, pero luego jugaron. Preparé partidos de menos de 14 años como Al Pacino en Cualquier Domingo. Los niños estaban paralizados, yo había creado un ambiente demasiado cargado”.





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