Del exceso de trabajo a los prejuicios: factores que aumentan el riesgo de enfermedad mental


La discriminación y el acoso son piedras que pesan en el equilibrio de las personas

Giacomo Martiradonna

9 de octubre – 17.36 h – MILÁN

Estrés, precariedad y discriminación suponen una carga y pueden comprometer la salud mental de millones de personas. Un problema que va mucho más allá del individuo y que tiene ramificaciones en cadena también a niveleconomía y sociedad en su conjunto. Los expertos están haciendo sonar la alarma.

trabajo y salud mental

Ambientes de trabajo caracterizados por estrés, discriminación y acoso pueden representar una grave amenaza para la salud mental. En un contexto laboral tóxico, donde se producen abusos, prejuicios o acoso, las personas pueden desarrollar trastornos como ansiedad y depresióncon consecuencias que se extienden mucho más allá del lugar de trabajo.

Incluso el precariedad financiera y el desempleoasí como la pérdida del trabajo, son factores que aumentan el riesgo de sufrir problemas psicológicos; y en el peor de los casos, alguien llega al punto del suicidio. Por este motivo, la Sociedad Italiana de Psiquiatría (SIP) apoya la importancia de intervenir para mejorar la calidad de los entornos laborales y garantizar mayor inclusión.

trastornos mentales, sociedad y economía

No se trata sólo de una simple cuestión de salud: los trastornos mentales también tienen un impacto significativo en nivel social y económico. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2030 la depresión y los trastornos mentales podrían convertirse en los principales causa de enfermedad en el mundosuperando incluso a las enfermedades cardiovasculares.

En Italia pesan ya hoy aproximadamente 4% del Producto Interno Brutoentre costos directos e indirectos, cuidados y pérdida de productividad. A lo que se suman problemas a nivel individual, con reducción de la calidad de vida y la incapacidad de relacionarse con los demás. Además, se ha demostrado que quienes padecen trastornos mentales graves tienen una menor esperanza de vida aproximadamente 10 años en comparación con la población general.

La crisis de los servicios

Las dificultades de acceso y la falta de recursos comprometen el tratamiento, aumentan el riesgo de enfermedades crónicas y pueden provocar recaídas graves. Ante un aumento de la incidencia de los trastornos mentales, el sistema sanitario ha entrado en crisis, especialmente en nuestro país. En los últimos años se ha producido una importante contracción de los Departamentos de Salud Mental (DSM), pasando de 183 en 2015 a 139 en 2023. Menos psiquiatras, psicólogos y personal especializado, lo que se traduce en tiempos de espera cada vez más largos para quienes necesitan asistencia. Se espera que, en 2024, desaparezcan al menos mil psiquiatrasy las perspectivas a largo plazo están lejos de ser halagüeñas.

El llamado de los expertos

Ante esta emergencia, explica la Sociedad Italiana de Psiquiatría, es necesario un compromiso colectivo para reducir el estigma que todavía rodea a los trastornos mentales, especialmente en el lugar de trabajo. Se necesita concienciación y formación para promover entornos laborales más saludables e inclusivos, donde se proteja y valore la salud mental. Sólo mediante una acción decisiva y coordinada será posible abordar eficazmente el problema y proteger a la sociedad.





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