Ya está lista la campana de bronce que los habitantes de Welberg regalarán próximamente al regimiento de sus libertadores canadienses. Este regalo especial sirvió durante muchos años en una institución sanitaria de Roosendaal. El voluntario Wim Mulders renovó el reloj y le puso un nuevo mecanismo de sonería: “El reloj vuelve a estar como nuevo y suena como una campana”.
Wim Mulders pensó que era “honroso” trabajar contra el reloj. Durante los últimos meses, él y otros voluntarios han limpiado a fondo el coloso. “El reloj estaba en excelentes condiciones pero ahora brilla como nunca antes. He hecho un sillón campana desmontable que consta de piezas separadas, lo que ahorra espacio durante el transporte”.
“En Canadá se sienten conmovidos, el gesto de los habitantes de Welberg y Steenbergen les resulta reconfortante”, afirma el iniciador Angelo Somers. En noviembre, durante la ceremonia de conmemoración de los ochenta años de la liberación, la campana se entrega simbólicamente a los representantes del Regimiento Algonquin de Ontario. Angelo: “Incluso el embajador está presente, eso demuestra lo especial que creen que es”.
Segundo reloj
Hace diez años, la comunidad de Welberg también donó un reloj al Regimiento de Caballería Ligera del Sur de Alberta, la otra unidad canadiense implicada en la liberación de Welberg y Steenbergen. Ahora habrá un segundo reloj en Ontario.
Por un momento estuvo en duda si la Fundación Welberg para el Monumento a la Liberación recaudaría suficiente dinero para cubrir los gastos de transporte a Canadá. En retrospectiva, este temor parece haber sido infundado.
Impresionante
“El apoyo de Welberg y Steenbergen es abrumador. Es fantástico ver que hay tanto entusiasmo por el reloj. Gracias a varias campañas, hemos recaudado con creces el importe para enviar el coloso”, afirma Angelo Somers.
Antes de que la campana llegue a Canadá, se tocará durante la ceremonia del 2 de noviembre junto a la campana conmemorativa existente en Welberg. Angelo Somers: “Esto sucede después de la apertura del campo de amapolas que también creamos aquí.”
Y continúa: “Los habitantes de Welberg tocan la campana en memoria de los soldados fallecidos. Pero nosotros también tocamos la campana para conmemorar la paz y conectarnos con el futuro. La intención es que el 4 de mayo suene la campana por primera vez en su nuevo lugar en Ontario”.
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