Llegado como lateral, el francés se convirtió primero en el compañero perfecto de Lautaro y luego en una estrella de primera magnitud. Del diálogo con Inzaghi al sueño de 14 horas, fue así
El secreto de Thuram está en la almohada. Cada noche Marcus apoya su cabeza en uno de esos “recuerdos” que van tomando forma e imagina el día venidero. Especialmente esos juegos donde toma el ascensor y sube al tercer aro, el más alto de todos. El sábado lo hizo ante el Torino: dos goles de cabeza para confirmar a todos que este año el ‘9’ está dispuesto a marcar de cualquier forma, incluso más que Mbappè. Gracias al descanso específico: “Duermo 14 horas al día, pero después de los partidos me cuesta más. Especialmente cuando ganamos». Seguramente la noche del sábado habrá hecho una excepción.