La Autostrada del Sole cumple 60 años. Fue el motor de la economía italiana, ahora mira al futuro


Las obras públicas suelen marcar una época. Y la Autostrada del Sole Milán-Nápoles es una de ellas. Hoy, esta gran infraestructura cumple sesenta años, habiendo sido inaugurada en Florencia el 4 de octubre de 1964, después de 8 años de obras, por el entonces Primer Ministro, Aldo Moro (Dc). Aunque fue construida hace más de medio siglo, la autopista, también conocida como A1, sigue siendo la más larga de Italia, con una distancia recorrida de más de 700 kilómetros. Desde un principio esta arteria representó la columna vertebral del país. En ese momento, la inversión superó los 100 mil millones de liras, una cantidad enorme para aquellos tiempos, lo que convirtió a la Autostrada del Sole en el mayor proyecto de infraestructura en Italia desde el final de la guerra. Entre los financiadores de la obra también se encontraba Mediobanca en un pool con otras 18 instituciones.

El renacimiento italiano de la posguerra

Después de su inauguración, la carretera Rápidamente se convirtió en intérprete del renacimiento italiano de la posguerra. Italia estaba experimentando un milagro económico, un auge que la transformó en una potencia industrial y al mismo tiempo llevó a millones de personas a la clase media. Así como muchos compraron su primer coche, que se convirtió en el símbolo de esta emancipación, siguieron esta nueva ruta para descubrir el país, cargando la Autostrada del Sole con un significado particular. «La autopista representaba el futuro», escribió el historiador Ernesto Galli della Loggia.

Se abrió progresivamente

De hecho, esta maravilla de la movilidad ha contribuido significativamente al desarrollo de la economía italiana. Al unir el Norte con el Sur, facilitó el movimiento de mercancías al permitir que los camiones tardaran un día en lugar de los dos tradicionales en llegar a ambos extremos del país. Este recorte del coste del transporte y, en consecuencia, del precio de las mercancías, ha contribuido a mejorar la calidad de vida de los italianos. Durante los ocho años que duró la construcción del proyecto, la carretera se fue abriendo progresivamente, tramo a tramo. La primera ruta data del año 1959 y es la que va de Milán a Bolonia. Después de superar el tramo más traicionero entre Bolonia y Florencia, que atraviesa los profundos valles de los Apeninos, la Autostrada del Sole finalmente se completó en 1964.

Proyectos futuros

Pero ahora es el momento de mirar hacia el futuro. Autostrade per l’Italia (Aspi), concesionaria de la A1, continúa invirtiendo en la Autostrada del Sole para modernizarla y ampliarla en los principales nudos clave, que en algunos casos han llegado a un punto de saturación. Entre los proyectos más significativos, el refuerzo del tramo entre Barberino e Incisa, en Toscana, y los primeros 100 kilómetros de vía inteligente entre el sur de Florencia y el centro urbano de Bolonia. Esta última es una nueva forma de concebir la movilidad, que proyecta las autopistas hacia el futuro, gracias a la interconexión entre vehículos e infraestructuras, considerando vías, vehículos y usuarios como partes de un único espacio interconectado.



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