El duelo entre rivales urbanos entre Atlético y Real se ve ensombrecido por un incidente. El foco: los aficionados locales y el árbitro Mateo Busquets.
Escenas curiosas durante el “Derbi madrileño” entre Atlético y Real el domingo por la noche: en la mitad de la segunda parte el partido fue repentinamente interrumpido por el árbitro Mateo Busquets durante más de 20 minutos. Es más: los jugadores de ambos equipos fueron enviados al vestuario del Estadio Metropolitano por el árbitro cuando el marcador era 1-0 para la Real.
Minuto 69: El portero del Real Thibaut Courtois, que unos minutos antes había celebrado el primer gol de su compañero Eder Militao delante del córner del Atlético, durante el saque de meta le lanzaron objetos desde la grada y recogió numerosos proyectiles del césped. incluyendo encendedores. El árbitro Busquets interrumpe el partido, el técnico del Atlético, Diego Simeone, el capitán Koke y otros jugadores locales intentan calmar a la afición.
Pero tras una breve consulta con Simeone y el entrenador del Real, Carlo Ancelotti, Busquets envió a ambos equipos directamente al vestuario, ante los silbidos de los espectadores. Una decisión consecuente pero algo drástica, a Courtois no le pegó nada, y la situación también parece haberse calmado de nuevo. Nada indica disturbios ni ninguna otra escalada. El locutor del estadio aún advierte a los espectadores que mantengan la calma.
No fue hasta unos buenos 20 minutos después que los dos equipos volvieron a salir del interior del estadio y jugaron brevemente antes de que Busquets volviera a continuar el partido a partir del minuto 69. Pero luego sin más escalada.
El partido finalmente terminó 1-1, gracias a un gol del Atlético Ángel Corra en el minuto 6 del tiempo añadido. Otros tres minutos después, tras un control del VAR, Marcos Llorente vio la tarjeta roja por su entrada excesiva al Real Fran García. Entonces finalmente todo terminó.