Durante el torneo recibe el apoyo de su mayor fan: su madre. Viajó sola a Uzbekistán para ver jugar a su hijo. “Incluso mi madre tuvo que fotografiarse fuera del estadio. Estaba vestida toda de naranja. Eso les encantó”.
atmósfera loca
En Uzbekistán, Holanda jugó el primer partido contra su país de origen. Los jugadores holandeses disfrutaron de un ambiente sin precedentes frente a las gradas abarrotadas. Nada menos que 12.000 espectadores vieron el partido. “Durante el calentamiento lo disfruté un rato. No me preocupé por eso durante el partido. Después sí, porque había una sección llena de uzbekos. Hicieron mucho ruido”.
Normalmente, Cretier juega en Holanda ante unos cientos de espectadores como máximo. En los últimos años jugó en el Hovocubo de Hoorn y después del Mundial se le puede admirar en el VNS United de Ámsterdam. Durante el torneo se queda asombrado. “El Mundial es muy grande. Se ve la FIFA en todas partes. Tenemos nuestro propio autobús con un coche de policía delante como estándar. Se puede ver que aquí es un gran evento. Nunca antes había experimentado algo así. Realmente disfruté este”
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