El grito de auxilio del órgano de la iglesia Odoorn: «Tengo que asegurar las llaves con pinzas para la ropa»

El histórico órgano de la iglesia reformada holandesa de Odoorn apenas se puede tocar. Después de 150 años de leal servicio, es necesario restaurar el instrumento. «El domingo pasado tuve que utilizar por primera vez pinzas para la ropa para asegurar las llaves», describe el organista Wim Boer el estado del órgano.

Cuando se mira desde lejos el órgano de un metro de altura, no se tiene inmediatamente la idea de que algo anda mal. Pero si apartas las cortinas de la parte inferior del órgano, aparecerán dos sellos. Estos deberían evitar que el órgano se incline hacia adelante.

«La situación es peligrosa y el órgano ya no se puede tocar», afirma Jan Henk Akkerman, de la Fundación Iglesia y Cultura de Oringer. «Este instrumento data de 1899 y no ha sido restaurado en los últimos cincuenta años. Ahora también su estabilidad está en peligro y debe ser respaldado con sellos de construcción. Tenemos que hacer algo al respecto. El órgano pide ayuda a gritos.»

Wim Boer toca regularmente el órgano, pero en los últimos años esto se ha vuelto cada vez más difícil. «Algunas llaves están atascadas. Además, hay tuberías en la parte superior que ya no funcionan. Eso es un desastre. Hay mucho polvo dentro. En 125 años, el interior nunca se ha limpiado por completo».

Desde 2016, el órgano es propiedad de Het Drentse Landschap. La organización lleva años preparándose para una restauración. Pero es una broma cara, unos 320.000 euros. La Fundación para la Iglesia y la Cultura de Oringer no puede permitirse esa cantidad. La provincia de Drenthe, el municipio de Borger-Odoorn y Het Drentse Landschap se han ofrecido a pagar una parte, pero la propia fundación deberá aportar 100.000 euros.

«Por eso hemos iniciado una campaña divertida. Ahora puedes adoptar un tubo de órgano tú mismo. Se trata de que los tubos sean visibles, para que después de la adopción puedas decir realmente que es tu tubo de órgano», explica Akkerman sobre la campaña. Un tubo pequeño cuesta cincuenta euros, uno grande cien y los diez tubos de órgano más grandes cuestan 250 euros cada uno.

Después de la adopción, recibirás un certificado con tu nombre y el tubo del órgano que adoptaste. La promoción estará vigente hasta finales de octubre.



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