Las democracias occidentales, incluida Holanda, han tomado medidas cada vez más estrictas contra los activistas climáticos en los últimos años, socavando así los derechos humanos fundamentales. eso es en uno informe publicado el lunes del grupo de interés estadounidense Climate Rights International. En particular, los países donde tuvieron lugar protestas a gran escala contra la crisis climática, como Australia, Alemania, Francia, los Países Bajos, Suecia, el Reino Unido y los Estados Unidos, violarían así la libertad de expresión y el derecho a protestar pacíficamente.
Según el informe, se utilizan “medidas duras pero vagamente definidas” contra activistas climáticos pacíficos, como largas sentencias de prisión, prisión preventiva y procesamiento penal por delitos relativamente menores.
Los autores del informe hablan de un doble rasero porque la represión contrasta con las duras críticas que los países expresan a métodos similares en regímenes autoritarios. Según el grupo de interés, la serie de medidas represivas sienta un precedente peligroso para los regímenes autoritarios en otras partes del mundo. Después de todo, otros países podrían ver estos métodos represivos como una justificación para la represión de sus propios activistas medioambientales y de derechos humanos.
Sloot de asedio
Los autores del informe citan varios ejemplos de activistas que fueron duramente castigados por protestas climáticas pacíficas. Por ejemplo, cinco manifestantes en el Reino Unido recibieron sentencias de prisión de cuatro a cinco años por su participación en protestas en una carretera alrededor de Londres. Nunca antes los activistas en el Reino Unido habían recibido un castigo tan severo por protestar no violentamente. El informe también aborda la cuestión del actor holandés Sieger Sloot. Fue arrestado preventivamente por su llamado a una protesta pacífica y por el bloqueo de la autopista en La Haya, incluso antes de que tuviera lugar la protesta. Sloot finalmente fue procesado por sedición. En Alemania, un manifestante fue condenado a 22 meses de prisión sin libertad condicional por participar en una huelga de brazos caídos, un bloqueo a pequeña escala.
Según Brad Adams, director de Climate Rights International, los activistas climáticos deberían ser vistos como aliados en la lucha contra la crisis climática “y no como criminales”. Adams cree que los gobiernos no necesariamente tienen que estar de acuerdo con las estrategias de los activistas para reconocer y proteger su derecho a manifestarse. Por lo tanto, Climate Rights International pide a los gobiernos que reduzcan las medidas represivas contra las protestas pacíficas y den prioridad a la protección de los derechos fundamentales.
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