Las inundaciones provocadas por las inclemencias del tiempo en el sur de Marruecos ya se han cobrado la vida de al menos dieciocho personas. Según las autoridades, varias personas están desaparecidas, pero la infraestructura destruida dificulta el acceso a las zonas afectadas y falta información fiable sobre los daños reales.
En provincias marroquíes como Tata, Tiznit, Errachidia, Tinghir y Taroudant, este fin de semana llovió intensamente, provocando desbordamientos de ríos y corrientes de lodo que destruyeron pueblos enteros. Según las últimas cifras, más de cincuenta casas han sido destruidas, 110 carreteras dañadas y se han producido importantes daños en las redes locales de electricidad, agua y teléfono.
Según las autoridades locales, este fin de semana llovió en dos días la misma cantidad que normalmente reciben las zonas áridas y desérticas en un año entero. Las regiones afectadas sufren desde hace mucho tiempo sequía, lo que dificulta el procesamiento de grandes cantidades de agua. Además, debido al fuerte terremoto de hace un año, que azotó parte de la misma zona, la infraestructura es inadecuada.
La lluvia también causó problemas al otro lado de la frontera con Argelia. Al menos una persona murió a causa de las inundaciones y dos personas siguen desaparecidas tras la tormenta.