Diez años después de los Juegos Olímpicos de Invierno en Sochi, los ex biatletas Erik Lesser, Daniel Böhm, Arnd Peiffer y Simon Schempp pronto podrán esperar el siguiente oro en relevos.
La Federación Mundial de Biatlón IBU y sus responsables en estos casos Unidad de Integridad anunció que la apelación del ruso Yevgeny Ustyugov contra su suspensión por dopaje y la anulación de los resultados de sus competiciones desde el 27 de agosto de 2013 hasta su dimisión en 2014 había sido rechazada por el Tribunal Internacional de Arbitraje Deportivo (TAS).
En este caso, el cuarteto alemán pasaría posteriormente de la plata al oro si el Comité Olímpico Internacional aplica la práctica habitual.
“Esto es justicia. Cualquiera que haga trampa no merece tener una medalla de oro ni ser llamado campeón olímpico”.dijo Peiffer a la Agencia de Prensa Alemana. “Pero no viviremos las emociones de una victoria por relevos en los Juegos Olímpicos, que es algo muy especial. No se puede deshacer una injusticia porque siempre hay algo que se queda atascado”.añadió el hombre de 37 años.
¿Pruebas antidopaje manipuladas en el laboratorio de control?
El 22 de febrero de 2014, los cazadores de esquí alemanes fueron derrotados por el equipo ruso en una emocionante carrera de relevos en Sochi por solo 3,5 segundos, cuando Schempp perdió por poco ante Ustyugow en el sprint final.
“Ya no viviremos la montaña rusa emocional que sufrimos entonces, pero si tienes el oro olímpico en tu currículum deportivo, eso es un sueño de la infancia”, dijo Schempp a dpa y añadió: “Es un premio y una confirmación de ello”. “En Sochi mostramos un muy buen desempeño”.
La asociación mundial ya había prohibido a Ustyugov en 2020. El COI anuló entonces el resultado del relevo ruso en Sochi y desde entonces no ha incluido en sus estadísticas a ningún medallista de oro en la carrera. La IBU sitúa ahora a los alemanes en el primer puesto de su lista de resultados.
En octubre de 2020, el TAS confirmó el fallo de la asociación mundial. Ustyugov, que ahora tiene 39 años y que dimitió en 2014 tras ganar los Juegos Olímpicos y todavía niega haberse dopado, apeló la decisión. La IBU supone que los rusos manipularon datos en el laboratorio de control de Moscú en el marco del escándalo de dopaje estatal ruso en los partidos locales en Sochi.