El entrenador vio cómo su equipo hacía un partido convincente. El público se subió cuatro veces a los banquillos y gritó pidiendo un quinto gol. Entonces Telstar estaría solo a la cabeza. “Nos dimos cuenta demasiado tarde”, admite Correia. En los últimos cinco minutos sustituyó a un atacante extra. “Hubiera sido bueno para los aficionados si hubiera funcionado”.
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