Una emergencia internacional, dice la OMS. Cómo el virus MPOX está asolando el Congo y los países vecinos


Una variante nueva y más contagiosa del virus MPox (anteriormente conocida como viruela simica) está ganando terreno en cada vez más zonas de África. Esta cepa, clado 1b, surgió en una región minera de la República Democrática del Congo (RDC) y se está propagando a países vecinos donde el virus no había aparecido anteriormente: Burundi, Kenia, Ruanda y Uganda. Por ello, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el brote una emergencia internacional a mediados de agosto y advirtió sobre brotes en otros continentes. También se han informado infecciones en Suecia y Tailandia.

Un familiar de un paciente abandona la sala MPOX aislada del Hospital Kavumu en Kivu del Sur, República Democrática del Congo, el 29 de agosto.
Foto Arlette Bashizi/REUTERS

Hasta 2022, el mpox era local en algunas partes de África y se propagaba principalmente a través del contacto humano con animales salvajes infectados. En 2022, la variante clado 2b provocó una ola mundial de infecciones, especialmente entre hombres con múltiples parejas sexuales masculinas. Esa ola ha sido contenida. La variante que ahora circula entre humanos, el clado 1b, parece ser más mortal y contagiosa que el clado 2b. Debido al brote en una zona minera, está circulando entre mineros, trabajadoras sexuales, comerciantes y trabajadores inmigrantes. El virus se transmite durante las relaciones sexuales y otros contactos cercanos con una persona infectada.

El brote se ve amplificado por la crisis humanitaria en la República Democrática del Congo: 6,2 millones de personas huyen de graves conflictos dentro del país por parte de grupos armados violentos. Mpox ha sido diagnosticado ya en 17.000 personas en trece países africanos y más de 500 personas han muerto a causa de ella.

Las personas con MPOX experimentan durante semanas síntomas parecidos a los de la gripe, bultos y ampollas en todo el cuerpo: la viruela, que a menudo duele y deja cicatrices. Para las personas con poca resistencia, como los ancianos, las mujeres embarazadas, los niños y las personas con VIH, una infección puede ser mortal. Mpox a menudo causa abortos espontáneos. En la República Democrática del Congo, desde finales de junio se han aprobado dos vacunas para uso de emergencia. La OMS pidió a los países con suministros de vacunas que las donen. Francia, Alemania, España, Austria, Japón y Estados Unidos ya han donado vacunas o se han comprometido a hacerlo. La ministra de Sanidad, Fleur Agema (PVV), se ha negado hasta el momento.

Los pacientes esperan una consulta en el centro de tratamiento MPOX en Munigi, República Democrática del Congo.
Foto Arlette Bashizi/REUTERS
Un trabajador de la Cruz Roja desinfecta con cloro una tienda de campaña en el campo de Don Bosco en Goma (República Democrática del Congo), donde miles de desplazados se refugian de los grupos militantes.
Foto Moïse Kasereka/EPA


Un hombre con MPOX muestra viruela en la espalda, la cabeza y las manos en el departamento de MPOX del Hospital Universitario de Kamenge en Bujumbura, Burundi. Hasta el 22 de agosto se han registrado 171 contagios en ese país.
Foto Tchandrou Ntanga/AFP


Una mujer en Bujumbura, Burundi, con protuberancias de mpox en brazos y manos.
Foto Tchandrou Ntanga/AFP
Una mujer en Bujumbura, Burundi, muestra los bultos en sus brazos y manos.
Foto Tchandrou Ntanga/AFP


Un hombre muestra protuberancias de mpox en sus brazos y manos en el centro de tratamiento del Hospital Universitario Kamenge en Bujumbura, Burundi.
Foto Tchandrou Ntanga/AFP
Un hombre con protuberancias de MPox en manos y pies yace en una cama del Hospital Universitario de Kamenge en Bujumbura, Burundi.
Foto Tchandrou Ntanga/AFP


Los trabajadores de la salud hablan con una paciente en una sala para mujeres con MPOX en el Hospital Universitario Kamenge en Bujumbura, Burundi.
Foto Tchandrou Ntanga/AFP


Christenvie Kalimba, de 19 años, recoge agua para sus dos hijos, que están siendo tratados en la sala aislada de mpox del hospital de Kavumu en Kivu del Sur, en la República Democrática del Congo.
Foto Arlette Bashizi/REUTERS







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