Le faltan dos brazos y un antebrazo derecho. Cuando Sylvana van Hees (31) de Halsteren eligió el baloncesto en silla de ruedas cuando era adolescente, recibió varios comentarios. “La gente pensaba que no podía hacerlo, pero eso me motivó aún más para demostrar que podía hacerlo”. Los habitantes de Halsteren forman parte del equipo nacional que busca el oro en estos Juegos Paralímpicos.
Jugar baloncesto en silla de ruedas con las limitaciones físicas de Sylvana, producto de la meningitis, es un gran desafío. “Realmente no hay muchos ejemplos de otros atletas de alto nivel que tengan lo mismo. Un internacional de la selección masculina de Italia lo es, y Argentina tiene un hombre al que le falta todo el hombro. Cuando lo veo conducir quedo muy impresionado. Es interesante ver cuáles son sus habilidades, cómo disparan y regatean”.
Sylvana practicó varios deportes cuando era niña, pero se enamoró del baloncesto en silla de ruedas después de una clínica en la escuela secundaria. “Soy una persona muy sociable y disfruto de los deportes de equipo. Por ejemplo, yo jugaba voleibol en silla de ruedas, pero nuestro equipo se vino abajo. Cuando conocí el baloncesto en silla de ruedas, lo disfruté tanto que no pude rechazarlo”.
“No me digas que no puedo hacer algo”.
Sylvana aprendió a jugar baloncesto principalmente probándolo ella misma. “No me digas que no puedo hacer algo. Soy muy testarudo, lo que a veces es una buena cualidad. El entrenador y el segundo entrenador me ayudan al no ponérmelo fácil. Durante un ejercicio de pase, dame pelotas del lado que me resulta más difícil. Siempre busco desafíos adicionales. Eso me convierte en un mejor jugador”.
“No veo mi discapacidad como una limitación, sino como un desafío”.
Además de su deporte, cuenta regularmente la historia de su vida a grupos. “Quiero cambiar la imagen que la gente suele tener cuando ve mis limitaciones físicas. Creen que es triste porque me faltan las piernas y el antebrazo derecho. Mi lema en la vida es que no veo mi discapacidad como una limitación, sino como un desafío. Cuando termino mi historia, me doy cuenta de que he motivado e inspirado a otros”.
La selección holandesa femenina no pierde desde hace siete años. Esto los convierte en los favoritos al oro en los Juegos Paralímpicos. “Ese es nuestro objetivo, pero más países lo quieren. La presión no siempre es baja, pero sobre todo nos divertiremos mucho en París. De esta manera sacamos lo mejor de nosotros mismos”.
“Desde desconcertar, hablar hasta bordar”.
Si nos fijamos en la composición del equipo holandés, veremos una mezcla de todas las edades. “Tenemos una jugadora de poco más de 20 años que debuta en los Juegos Paralímpicos y nuestra compañera de equipo de mayor edad tiene 48 años. Participa por séptima vez. El sentimiento de equipo es muy bueno, incluso fuera del deporte. Desde desconcertar, hablar hasta bordar, realizamos muchas actividades. Para mí es mi segunda participación y me siento honrado. Mientras tenga éxito físico y me divierta, estaré feliz de seguir adelante.