Además de las llamadas ‘plazas de aprendizaje’ o ampliaciones de clases, destaca la azotea, donde los alumnos también aprenderán. «En nuestra azotea vamos a hacer educación sobre la naturaleza», dice la profesora Elke Meyns. «La intención es enseñar a los niños mucho sobre la naturaleza y sembrar y plantar. También habrá colmenas para que podamos acercar a los niños a la naturaleza». El antiguo edificio de la escuela databa del año 1966. La nueva sede de la Sagrada Familia costó finalmente unos cinco millones de euros, el doble de lo estimado en 2005.