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Los rebeldes Houthi de Yemen dijeron que permitirían que un petrolero en llamas sea rescatado del Mar Rojo, cediendo a la presión internacional para evitar un gran derrame de petróleo luego de un ataque al barco por parte del grupo militante.
Los hutíes tomaron su decisión después de ser contactados por “varias partes internacionales”, particularmente en Europa, dijo el portavoz del grupo, Mohammed Abdel Salam, en un comunicado.
El anuncio marcó un aparente cambio de táctica por parte del grupo yemení, que fue acusado por Estados Unidos de amenazar con atacar dos remolcadores que habían intentado rescatar al Sounion.
Esto supone un alivio para los funcionarios a nivel mundial, que estaban cada vez más preocupados por el riesgo de un derrame desde que los hutíes inutilizaron el barco en un ataque con misiles la semana pasada, antes de iniciar un incendio detonando explosivos en las cubiertas.
El grupo de trabajo de la UE para combatir la amenaza ha advertido de que cualquier deterioro de la situación a bordo del buque de propiedad griega, que transporta un millón de barriles de crudo, “podría provocar un grave desastre ecológico con efectos potencialmente devastadores para la biodiversidad de la región”.
El incidente marcó el último ataque en la campaña de los hutíes para atacar a los barcos comerciales que transitan por el paso marítimo, una medida que según ellos es en apoyo a los palestinos de Gaza durante la guerra de Israel con Hamas.
El incendio de Sounion amenaza con convertirse en el primer desastre ecológico causado por los ataques que desde noviembre han cobrado la vida de cuatro marineros y han perturbado gravemente el comercio a nivel mundial.
El grupo de trabajo de la UE dijo el jueves que estaba “evaluando la situación y la viabilidad de las medidas de protección”, incluido el remolque del buque. Pero también advirtió que su operación carecía de “equipos o activos especializados para tal tarea”, y agregó que “haría todo lo posible para facilitar este esfuerzo”.
Dimitris Maniatis, director ejecutivo del grupo de seguridad marítima privada Marisks, dijo que los buques militares construidos para altas velocidades tendrían dificultades para remolcar un barco tan grande y agregó que organizar esto sería responsabilidad del propietario y su aseguradora.
El Sounion, cuyo cargamento equivale a 150.000 toneladas, es propiedad de Delta Tankers. Es el tercer barco del grupo griego que ha sido atacado en el mar Rojo este mes, según los analistas de seguridad, a pesar de las críticas de los armadores y sus clientes que optan por seguir cruzando la zona de alto riesgo.
Una fuga del barco probablemente produciría el derrame de hidrocarburos más grave desde el desastre del petrolero Sanchi, que en 2018 provocó que 113.000 toneladas de condensado de gas natural se derramaran en el Mar de China Meridional después de una colisión.
Arsenio Domínguez, secretario general de la Organización Marítima Internacional, el organismo de la ONU donde las delegaciones nacionales se coordinan en materia de transporte marítimo, dijo el miércoles que estaba “extremadamente preocupado por la situación del petrolero Sounion”.
“El riesgo de un derrame de petróleo, que supone un peligro ambiental extremadamente grave, sigue siendo alto y existe una preocupación generalizada por el daño que un derrame de ese tipo causaría en la región”.