Tras el buen empate con el Inter, Gilardino venció a Nesta gracias a un buen cabezazo del delantero centro. Brianzoli nunca es peligroso
Los éxitos de la mano del Milán y de la selección son recuerdos de hace unos años. Fragmentos del pasado, que vieron a Alessandro Nesta y Alberto Gilardino alcanzar juntos la cima de Europa e incluso del mundo. El presente cuenta otra historia, la de dos viejos compañeros que se convirtieron en entrenadores y rivales en la Serie A, con ambiciones comunes y muchas ganas de crecer. Después del partido en el U-Power Stadium, sin embargo, sólo el técnico rossoblù sonrió. Gracias a Pinamonti. Al final de la primera parte, el espectacular cabezazo del atacante es un comodín de tres puntos.
el parpadeo de los piñamonti
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En Monza vuelve a estar Pizzignacco entre los postes. En ataque, Mota y Maldini apoyan a Petagna en el 3-4-2-1 de Nesta. La novedad entre los rossoblù es el debut de Pinamonti, terminal ofensivo junto a Vitinha en el 3-5-2 de Gilardino. En la primera media hora el partido es una partida de ajedrez y los equipos se estudian poniendo mucha intensidad: la única señal es un zurdazo desde la frontal de Messias, que se va desviado. Todas las emociones llegan justo antes del descanso, en los 6 minutos de descuento concedidos por Mariani. En el minuto 48, he aquí el milagro de Gollini con un cabezazo de Petagna: en el rebote del portero rossoblù, Maldini es el más astuto, pero el gol es anulado por el fuera de juego inicial de Petagna. En el minuto 52, un centro de Sabelli desde la derecha (tras un despeje fallido de Pessina) encuentra el giro perfecto de Pinamonti. Un cabezazo del atacante, que queda en el marco, hace celebrar a Gilardino. Los invitados se adelantan en el descanso.
casi duplicando
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Nesta arregla a su equipo en el vestuario y regresa al campo un Monza más agresivo y compacto. Los rojiblancos intentan sacar la cabeza hacia la hora, con Petagna. El zurdazo del atacante se va desviado. Entonces comienza el torbellino de cambios. Gilardino ve sufrir a su equipo y poco después llega el triplete: Badelj, Sabelli y Vitinha salen, Thorsby, Zanoli y Malinovskyi. Nesta responde con Caprari y Djuric en lugar de Maldini y Petagna. Pasan apenas un puñado de minutos y Pinamonti también abandona el campo: el autor del gol pide una sustitución y deja sitio a Ekuban. Génova se revitaliza así y está a un paso de duplicar su puntuación. A falta de un cuarto de hora, un toque equivocado de Malinovskyi se convierte en una asistencia de beso para Thorsby: el disparo del noruego, desde dos pasos, sin embargo, carece de precisión. El orgullo rojiblanco sale a relucir en los minutos finales, pero no es suficiente: el equipo de Nesta se queda a punto de empatar con un centro de Caprari que pega en el poste. La última emoción es el disparo con la derecha de Kiriakopoulos, neutralizado por Gollini. Gilardino gana el desafío entre viejos compañeros.
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