“Las inciertas medidas tecnológicas obligan a los agricultores a realizar fuertes inversiones. Los problemas estructurales subyacentes, como la importación a gran escala de nitrógeno a través de la soja y los fertilizantes, no se abordan. En este decreto prácticamente no hay soluciones disponibles para los agricultores ecológicos”, afirma Heleen De Smet, experta en políticas de biodiversidad de Bond Beter Leefmilieu.
Ayer, el Sindicato General de Agricultores (ABS) también anunció que había iniciado un procedimiento ante el Tribunal Constitucional contra el decreto sobre el nitrógeno. El Sindicato de Agricultores también hizo esto antes.