Silla de comedor lista para el futuro mediante ajustes en la organización

El centro de Anloo fue hoy el escenario de la trigésima octava edición del Etstoel. Se trata de un acontecimiento en el que todo el pueblo se centra en el siglo XVII. Había música, baile, se representaban artesanías antiguas y se ofrecían platos y bebidas antiguos de Drenthe.

La pedicurista medieval supuestamente atacó a sus clientes con una lima inquietantemente grande y un cortaúñas. El material era un montón de óxido, pero la pedicurista lo vendió como herramientas nuevas que acababa de traer de Alemania. El público se rió mucho al respecto.

Platos incluidos:wienecont y se sirven frijoles marrones. Un visitante de Zuidlaren pensó que las judías con cebolla perla y almíbar eran muy fáciles de preparar. Vino por primera vez. «Es un evento muy bonito. Sin música ni patatas fritas».

El núcleo del espectáculo es la recreación de una verdadera audiencia del Etstoel, el entonces tribunal, en la Iglesia Magnus. Este año, los extraterrestres se centraron en un predicador que había dejado embarazada a una mujer y en una mujer acusada de matar a su hijo recién nacido. La mujer fue condenada a muerte, pero el tribunal no juzgó al predicador. Debería haber sabido lo que tenía que hacer.

Hace dos años, el futuro del evento estaba en juego debido a la escasez de voluntarios. «Había demasiadas tareas para la junta directiva. Después de las aportaciones del pueblo, decidimos nombrar coordinadores que se encargaran de una sección, por ejemplo la de ropa. Como resultado, hemos dividido el trabajo entre más personas y todo va bien», dice Henk Doeven de la organización.

Gracias a esta adaptación, la organización de la silla de grabado vuelve a estar viva y lista para el futuro. «Hay gente nueva en Anloo y se han registrado nuevas personas. Así que estamos en buena forma».

Los ingresos del Etstoel se destinan cada año al mantenimiento de la Iglesia Magnus, el monumento construido más antiguo de Drenthe.



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