No hablamos de la niña que roba el lápiz labial de su madre o se llena la cara de brillantina para la fiesta de una amiga. Hablamos de preadolescentes que, a los 7/8 años, adoptan rutinas reales de cuidado de la piel, que eligen y utilizan productos exfoliantes y antienvejecimiento, que se comportan como adultos obsesionados con su propia belleza y apariencia.


ELla sonrisa concentrada de una niña mirándose en el espejo, sus pequeñas manos imitando los gestos de las mayores con una precisión desarmante. Pero el juego del truco ya no es solo un juego. Ya no hablamos de la hija que roba a escondidas el labial de su madre o se llena la cara de brillantina para la fiesta de una amiga. Aquí estamos hablando de preadolescentes que adoptan, a los 7/8 años, rutinas reales de cuidado de la piel, elección de productos antiedad, que se comportan como adultos obsesionados con su belleza y apariencia. Este tipo de comportamiento, gracias a las redes sociales, está cada vez más extendido. Debido a esto Codacons ha decidido tomar posición contra la llamada cosmeticorexia, la creciente obsesión por el uso de productos de belleza y maquillaje para niñas. Un fenómeno social cuyas proporciones están haciendo saltar las alarmas, llamando la atención de las autoridades y de la sociedad civil.

La presión sobre las niñas para “ser perfectas”

Cosmética y maquillaje para niñas, la guerra de los Codacons contra la cosmeticorexia

El Codacons solicitó así la incautación inmediata de todos los cosméticos destinados a los niñosuna medida drástica pero necesaria para frenar una tendencia peligrosa nacida en Estados Unidos y ahora también en Italia. Rutinas de belleza reales que involucran a niñas de entre 6 y 11 añosque abarca cuidados de la piel, sérums, mascarillas, limpiadores exfoliantes e incluso cremas anti-envejecimiento. Productos que no sólo son inútiles, sino potencialmente perjudiciales para la delicada piel de los niños y, un riesgo aún más grave, para su equilibrio psicológico.

Jugar trampas no es un simple juego emulativo

Lo que puede parecer un simple juego, una inocente imitación de madres o hermanas mayores, esconde raíces mucho más profundas y preocupantes. La cosmeticorexia, término que define la obsesión por los cosméticos, afecta cada vez a más jóvenes, impulsadas por los ideales de belleza poco realistas y las imágenes perfectas que están de moda en las redes sociales. Aquí, entre videotutoriales y fotografías impecables, la idea de que un rostro sin imperfecciones es el único pase para ser aceptado socialmente se infiltra en las frágiles mentes de los niños, creando profundas inseguridades y una percepción distorsionada de sí mismos.

Trucos para niñas, las responsabilidades de las redes sociales

El presidente de Codacons, Carlo Rienzi, expresó duras palabras: «Proponer a los niños productos cosméticos completamente inadecuados para su edad es una locura. Se necesitan medidas estrictas para evitar que los menores caigan en una trampa de la que cada vez es más difícil escapar». La preocupación es que esta nueva tendencia, como muchas otras nacidas en las redes sociales, pueda convertirse rápidamente en un hábito dañinocon graves consecuencias tanto físicas como psicológicas.

Cosmética para niños, los riesgos para la autoestima

Las consecuencias de la cosmeticorexia pueden ser devastadoras. Los niños atrapados en esta espiral de obsesión por la apariencia pueden desarrollar Trastornos relacionados con la autoeficacia, sentirse constantemente inadecuado. en comparación con estándares de belleza inalcanzables. Esta inseguridad puede conducir a una progresiva aislamiento social, dañando no sólo su autoestima, sino también su capacidad para interactuar de forma sana y natural con sus pares.
Imaginemos a una niña que, convencida de que tiene defectos inexistentes, comienza a perder el entusiasmo por la vida escolar y las relaciones sociales, convirtiéndose en cada vez más dependiente de productos de belleza, redes sociales y estándares de belleza irreales. Parece una distopía, pero lamentablemente ya forma parte del día a día de muchos jóvenes.

Codacons pide la incautación del maquillaje de las niñas y la sensibilización

Para frenar esta deriva, Codacons ha solicitado no sólo la incautación de cosméticos infantiles en todo el territorio nacional, sino también el apagón de las webs que promocionan su venta. Además, no se pueden descartar acusaciones penales y, en los casos más graves, arrestos contra quienes publiciten o comercialicen estos productos. Una respuesta contundente, necesaria para proteger la infancia y prevenir una crisis psicológica masiva.

Pero no es suficiente. Además de estas medidas represivas, es esencial Lanzar campañas de sensibilización en las que participen padres, profesores y los propios niños. Educar sobre la belleza natural, promover la autoaceptación y proporcionar herramientas para resistir la presión de las redes sociales son pasos cruciales para evitar que la obsesión por la apariencia destruya la serenidad y la autoestima de los niños.

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