Real, todo más. Pero este Atalanta sólo merece aplausos.


La Dea jugó en igualdad de condiciones durante una hora, luego salió a relucir la inmensa calidad de los blancos. El equipo de Gasperini perdió, pero intentó ganar

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15 de agosto – 00:35 – MILÁN

En la concepción errónea que muchos tienen del deporte según la cual lo único que importa es ganar, aplaudir al perdedor parece contradictorio. Y, sin embargo, se puede y, en algunos casos, es absolutamente necesario. Anoche fue uno de esos casos. El Atalanta estuvo hermoso, a veces hermoso dado el enorme valor de su rival, durante una hora en la que jugó abiertamente y a la par del Real Madrid. Nuestro equipo italiano más organizado y europeo fue el «Real» en términos de mentalidad, actitud y ganas de ganar. Desafortunadamente, pero lo sabíamos de antemano, la diferencia en la calidad de los jugadores en el campo marcó la diferencia en un momento determinado.

Atalanta es un equipo excelente, con algunos jugadores importantes, otros con mucho futuro, otros muy sólidos. Es una pena que algunos de ellos estuvieran ausentes por lesiones y por negocios de fichajes. Ayer, contra casi todos los rivales europeos, el Dea podría haber ganado, como ocurrió hace casi tres meses cuando aplastó al campeón alemán Bayer Leverkusen por 3-0 en la final de la Europa League. Pero el Real Madrid, este Real Madrid, no forma parte de los equipos humanos. Es otra cosa. Más de todo, como decía un viejo anuncio rai. Muchos campeones extraordinarios ya se habían visto juntos en la época de los Galácticos, siempre bajo la presidencia de Florentino Pérez. Pero esta vez está uno de los mejores entrenadores de la historia del fútbol, ​​Carlo Ancelotti, que no sólo sabe gestionarlos, sino también hacerlos sacrificios en el campo, logrando crear una combinación extraordinaria de excelente calidad y organización táctica. “¿Cómo sumará ahora a Mbappé a Rodrygo, Vinicius y Bellingham?” le habían preguntado el día anterior. Carletto, alzando una ceja y esbozando una sonrisa, lo simplificó todo: «Insertar y hacer jugar juntos a los grandes jugadores es muy fácil, el problema es cuando hay que hacer jugar juntos a los pobres…».

Y así Ancelotti, a pesar del poco tiempo de juego juntos, los puso a todos desde el principio con sus espléndidos jóvenes campeones cuya edad conviene recordar para dejar claro qué futuro tiene la Real: Rodrygo 23 años, Vinicius 24, Bellingham 21, Mbappé 25. Y no es casualidad que fueran ellos cuatro, por orden de participación, los que crearon y concluyeron la jugada del segundo gol que puso fin al partido en el minuto 68. Para el francés es el primer gol oficial con la camiseta de sus sueños. La Real ya se había adelantado con un invento de Vinicius que mandó marcar a Valverde en el minuto 59. En los nueve minutos transcurridos entre el primer y el segundo gol, el Madrid irrumpió en el terreno de juego creando tres ocasiones claras más que obligaron a Musso a realizar fantásticas intervenciones. Sin embargo, hasta el primer gol, el Atalanta había jugado en igualdad de condiciones y tuvo sus oportunidades, traicionadas en algunas decisiones por su tapador, Lookman, por una gran intervención de Courtois sobre Pasalic, por un larguero que impidió a la Real una sensacional jugada en propia puerta. meta. Pero sobre todo fue la actitud de la Diosa lo que nos enorgulleció: porque contra el más fuerte se puede perder, pero depende cómo.

Atalanta perdió, pero intentó ganar. Y más mérito tuvo el equipo de Gasperini cuando en el último cuarto de hora intentó reabrirlo de todos modos. Ella no tuvo éxito. Pero cuando lo das todo y te entregas a un equipo más fuerte no hay lugar para recriminaciones ni arrepentimientos. Aplaudes a tus adversarios y aún así sales del campo con una sonrisa y con los cánticos y aplausos de tus aficionados que, sin embargo, han vivido una velada de ensueño. Nunca debemos olvidar de dónde partimos, lo que era Atalanta antes de Percassi y antes del fabuloso ciclo de Gasperini. Hoy es una realidad europea de la que debemos estar orgullosos. Entre los clubes que hacen de la sostenibilidad su razón de ser, es uno de los ejemplos más brillantes de Europa. Clubes gigantes como el Real Madrid afrontan estos desafíos con armas muy diferentes. Pueden permitirse gastos e inversiones inimaginables para casi cualquier otro club del mundo. El fútbol italiano, pese a haber perdido el primer partido europeo que abre la temporada, empieza con buen pie. Esperemos que consiga imponerse en las Copas y levantar cabeza con la selección.





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