¡Atalanta, vergüenza! Se defienden ante la Real, luego Valverde y Mbappé deciden la Supercopa


La Diosa juega de igual a igual durante una hora, pero el talento blanco es inconmensurable y marca la diferencia en la final. Para el francés, debut con gol y primer trofeo con Ancelotti

por nuestro corresponsal Francesco Pietrella

14 de agosto de 2024 (modificado a las 22:58) – VARSOVIA (POLONIA)

Gasperini, Percassi y los bergamascos recordarán durante mucho tiempo los ojos gélidos de Courtois, el portero de Ancelotti que captó el sueño volador de la Diosa y lo sacó del cruce con una intervención. El Real Madrid, tras una primera parte aburrida, despertó tras la gran parada del belga al inicio de la segunda parte, venció al Atalanta por 2-0 y se alzó con la Supercopa de Europa. El sexto de su historia. Los protagonistas son el 8 y el 9, Valverde y Mbappè, este último marcó en su debut con el conjunto blanco. Un sueño perseguido toda una vida y realizado a orillas del Vístula, en el estadio nacional de Varsovia, bajo el sector reservado a los jugadores del Madrid. Pero la Diosa sale con la cabeza en alto. Durante un tiempo se mantuvo firme frente a los campeones.

EN EL DENTISTA

La visita al dentista tiene una duración de 45 minutos. Al igual que Guardiola y Klopp, Ancelotti también experimenta los hierros de acero de la Diosa, que al menos en la primera parte dribla sobre la cara descarada del Dream Team, golpeando su orgullo en sus prestigiosas mejillas: Carletto despliega a Mbappè, Bellingham, Vinicius, Rodrygo y Valverde, pero en el primer 45′ nadie brilla. La Diosa, por otro lado, construye alto, se atreve y busca continuamente a Lookman y De Ketelaere, manteniendo a raya a los nuevos Galácticos con presión alta (Hien excelente). El más inspirado es CDK: en el minuto 7 encuentra una oportunidad para lanzar a Zappacosta, luego dribla un par de veces a un Mendy distraído y se lleva los aplausos. La Real, sin embargo, construye con un 3-4-3 donde los laterales pasan a ser cuatro: Vinicius, Rodrygo, Mendy y Carvajal. A lo largo de todo el flanco. El resultado es obvio: confusión. Y Valverde es el único que mantiene las filas.

DOS TRAVESAÑOS

El más atento obviamente es el 9, de vuelta al césped con los blancos después de 12 años desde la última vez. En 2012 era un chico normal y corriente que se presentó en Valdebebas para una audición. Kylian estaba escrito en el papel. Hay que revisar los primeros 45′ del francés, desplegado como delantero centro, en Madrid, atrapado en las garras de Kolasinac y Hien. Dos largueros entre ocasiones: el primero para la Dea -diestrazo de De Roon desviado por Militao- y el segundo para los blancos, con un derechazo de Vinicius. La mejor oportunidad, sin embargo, llegó con una carrera de Lookman a la media hora. Tchouameni pierde el balón, Ederson lo toca para el nigeriano pero él, el héroe de Dublín, en lugar de despegar intenta regatear por la derecha. Una oportunidad perdida.

VICTORIAS REALES

La segunda parte es un juego de estocadas con una puerta corredera del tamaño de la puerta central de San Pedro. En el minuto 47, el Atalanta estuvo cerca de hacer historia: un centro de De Roon, un cabezazo de Pasalic y un milagro de Courtois. Un disparo por la escuadra que cambia el partido y despierta al Real Madrid. A partir de ahí, los chicos de Ancelotti recuerdan que son la Casa Blanca y ponen sexta marcha. El gol llega en el minuto 59: Vinicius, hasta ese momento opaco, salta a Djimsiti y sirve a Valverde en el centro del área. Gol fácil y fácil para el 1-0. Esto no ha terminado. Unos minutos más tarde el brasileño fue detenido por una gran parada de Musso, mientras que en el minuto 62 el número uno de la Dea hizo otro milagro, esta vez sobre Bellingham, alejando el balón de la portería con su gran mano. El golpe de gracia lo dio Mbappè, servido por Jude en gran forma. En el minuto 68, Musso marcó enviando el balón directo al siete. Ancelotti le dedica una gran ovación. Al final del partido, sin embargo, los seis mil aficionados de Bérgamo que volaron a Polonia el 15 de agosto aplaudieron al equipo bajo la curva. Todo ello mientras Ancelotti celebra bajo su bandera: desde hoy es el entrenador que más Supercopas de Europa ha ganado en la historia del fútbol (5). También ostenta el mismo récord con la Liga de Campeones (6). Ganar te ayuda a ganar.





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