Por Hans-Jörg Vehlewald
Los conductores principiantes pagan hasta 77 euros por sus clases de conducción (de 45 minutos cada una), los viajes especiales (nocturnos, por carretera, a campo traviesa) incluso cuestan hasta 95 euros/45 minutos.
Este es el resultado de encuestas recientes del ADAC. ¡Solo en los años de Corona (2019-2023) los costos aumentaron más del 50 por ciento!
Pero ¿por qué los precios han aumentado tanto en comparación con años anteriores (más del 7,6 por ciento)? “Todo se ha encarecido: los tipos de interés, los alquileres, los precios de los coches, la gasolina”, se queja Kurt Bartels (66), de la Asociación Federal de Instructores de Conducción. “Los márgenes de beneficio en nuestra industria son cada vez más pequeños. Sólo el mantenimiento de los vehículos cuesta mucho; un coche de autoescuela como este recorre fácilmente 60.000 kilómetros al año”.
Bartels no permite ninguna comparación con los salarios en el sector, que aumentan menos rápidamente: “La diferencia más importante con el salario de un artesano es que si el fontanero cobra sus 100 o 150 euros, a esto se le suman todos los gastos de material y de viaje. El precio de la clase de conducción incluye todos los costes adicionales: pagamos el coche, el sueldo del profesor y el seguro. Si no quieres ir a la quiebra, tienes que subir los precios”.
Para BILD, Bartels calculó cuántos minutos debe pagar el estudiante de conducción a su profesor, los costes de compra del coche de la autoescuela y otros costes de la autoescuela.
El resultado: sólo un tercio del precio de las clases de conducción va al profesor (el salario por hora, según Bartels, es de 20-25 euros). El resto lo cubre el coche (seguro, compra, arrendamiento), salas de ensayo, derechos e impuestos.
Malte Dringenberg, portavoz del club automovilístico AvD, da la alarma y pide al gobierno federal que actúe: “El permiso de conducir es y sigue siendo un elemento central para la participación social y la vida profesional. Es inaceptable que este instrumento de libertad individual se convierta cada vez más en un bien de lujo”.
Su exigencia a los políticos: “Un tipo impositivo reducido para la adquisición del permiso de conducir, la exención del impuesto de seguro para los vehículos de las escuelas de conducción, la simplificación de la burocracia en la adquisición del permiso de conducción y la garantía a medio plazo de que se pueda realizar un número suficiente de pruebas llevado a cabo”.