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Roula Khalaf, editora del FT, selecciona sus historias favoritas en este boletín semanal.
Siempre parece haber una razón para que los inversores de BT no se decidan a comprar. Errores estratégicos, desafíos operativos, un sector hipercompetitivo y una lista de accionistas ruidosa han mantenido a raya las acciones, que languidecen un 15% por debajo de su nivel de hace cinco años. Los accionistas del grupo de telecomunicaciones británico, que llevan mucho tiempo sufriendo, pueden estar finalmente llegando al frente de la cola.
Se ha eliminado una distorsión masiva de la señal. Como el imperio sobreextendido de Patrick Drahi necesitaba vender activos para reducir la deuda, los inversores temían que su participación del 24,5% en BT (valorada en 3.400 millones de libras a los precios actuales del mercado) se desplomara en el mercado. La adquisición por parte del conglomerado indio Bharti de la totalidad de la participación de Drahi (en etapas, tras la recepción de las aprobaciones regulatorias) elimina este exceso. También deja a Drahi con una pérdida de alrededor de 900 millones de libras en su inversión, según las estimaciones de NewStreet Research.
BT todavía cuenta con muchos inversores en telecomunicaciones en su base accionarial. Tras la finalización de la transacción, el 40% de su capital estará en manos de Bharti (que también posee Bharti Airtel), Deutsche Telekom y el inversor mexicano Carlos Slim. Los reguladores podrían impugnar una adquisición total, y Bharti dijo que no tiene intención de presentar una oferta. Aun así, inevitablemente surgirán rumores de fusiones y adquisiciones.
La presencia de estos inversores astutos y de largo plazo en el sector de las telecomunicaciones es, aparentemente, un voto de confianza en BT y su estrategia. El problema es que no es el primero. La adquisición de Drahi en 2021 también se promocionó como una señal de compra. Sin embargo, si los inversores hubieran seguido sus pasos, habrían sufrido pérdidas significativas.
Sin embargo, esta vez BT ha logrado una mejor conexión, lo que no tiene nada que ver con la disminución de las presiones competitivas en el atribulado sector de las telecomunicaciones. De hecho, BT sigue perdiendo clientes para su oferta de banda ancha, ya que los proveedores de redes alternativas compiten en precio.
Por el contrario, la empresa se encuentra en una fase más avanzada de su ciclo de inversión, algo que ha ayudado a la valoración de algunos de sus pares europeos. BT está invirtiendo en su red de fibra óptica hasta 4.800 millones de libras esterlinas solo este año, una inversión que desconcertó a los inversores dada la escasa rentabilidad del capital del sector. El gasto está cayendo ahora y se espera que sea 1.000 millones de libras esterlinas al año menor para 2030. Matemáticamente, esto debería elevar el flujo de caja libre en dos tercios, incluso si el negocio no mejora. La empresa apunta a duplicarlo, con la esperanza de añadir algo de crecimiento del ebitda a la combinación.
Muchos inversores en telecomunicaciones han sufrido a la espera del crecimiento del sector, pero una historia de capital basada simplemente en un flujo de caja en rápido crecimiento más el apoyo de los accionistas suena bien. Es una lástima que Drahi haya sido desconectado porque se quedó sin crédito.