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Rusia no ha logrado hacer retroceder a las tropas ucranianas en la región de Kursk a pesar de enviar refuerzos cuando la incursión entra en su sexto día, dijeron al Financial Times soldados ucranianos involucrados en la operación de su ejército.
Al hablar cerca de la frontera internacional, las tropas dijeron que permanecían en territorio ruso.
El general ruso Valery Gerasimov ha intentado repetidamente presentar la situación como bajo control, y el Ministerio de Defensa publicó el domingo videos de aviones de combate y helicópteros supuestamente atacando columnas de equipamiento ucraniano.
Pero vídeos y fotografías verificados muestran que las tropas y el equipo ucranianos han avanzado 30 kilómetros dentro de Rusia desde que comenzó la operación el martes, moviéndose más hacia Kursk y ocupando la ciudad de Sudzha cerca de la frontera rusa.
El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, rompió cinco días de silencio el sábado por la noche para referirse públicamente por primera vez a la incursión de sus fuerzas en Rusia.
Zelenskyy dijo que su comandante en jefe Oleksandr Syrskyi le había informado sobre “la situación en el frente y sobre nuestras acciones para trasladar la guerra al territorio del agresor”.
“Ucrania está demostrando que realmente sabe cómo restablecer la justicia y garantiza exactamente el tipo de presión que se necesita: presión sobre el agresor”, añadió.
Un funcionario del Ministerio de Defensa de Ucrania dijo al FT que no habían revelado detalles de la operación porque estaban «esperando a ver cómo se desarrollaba primero».
El Ministerio de Defensa de Rusia dijo el viernes que había desplegado tripulaciones de tanques, cañones de artillería y unidades de drones después de que el Kremlin anunciara una operación «antiterrorista» para tratar de detener la incursión ucraniana sin precedentes.
El Ministerio de Defensa informó de que había derribado más de una docena de drones ucranianos y cuatro misiles en la región de Kursk durante la noche del sábado. Un misil impactó en un bloque de apartamentos de la ciudad de Kursk el sábado, hiriendo a 13 personas, según informó su gobernador, Alexey Smirnov. Ucrania no ha hecho comentarios sobre el ataque.
Rusia ha evacuado a más de 76.000 civiles de la región fronteriza de Kursk. Smirnov calificó a las fuerzas ucranianas de grupos de sabotaje y reconocimiento y dijo que habían provocado el pánico. “La situación es estable pero muy difícil”, añadió.
El objetivo último de la incursión ucraniana —que utiliza algunas de sus mejores y más selectas brigadas— sigue sin estar claro, pero la operación ha demostrado que las defensas fronterizas de Rusia siguen siendo débiles más de un año después de la primera miniincursión ucraniana y ha dado a Kiev un impulso moral muy necesario.
Los analistas han dicho que Ucrania podría estar intentando utilizar la operación Kursk para mejorar su posición en las posibles negociaciones. Está perdiendo territorio y hombres en el este de Ucrania y todavía tiene dificultades para resolver la escasez de municiones y personal.
Los soldados ucranianos publicaron el sábado vídeos en los que se les ve sosteniendo alegremente la bandera ucraniana en el edificio del consejo municipal de una aldea rusa y supuestamente diciendo a los residentes que se preparen para un referéndum, dos tácticas que suelen utilizar las fuerzas rusas en Ucrania. También se filmó a varias docenas de soldados rusos capturados cuando eran llevados a Ucrania.