1946: Walter, el mejor futbolista de la época, conoce en la calle principal de Kaiserslautern a una chica italiana que hacía de intérprete para las tropas francesas. Nunca más se dejaron
Este amor es tan poderoso que derriba fronteras. Los de chismes y prejuicios, ante todo. Y luego también las fronteras reales, las geográficas. Sí, porque los protagonistas de esta historia son un futbolista alemán y una chica italiana que es intérprete de oficio y trabaja en la devastada Alemania tras la Segunda Guerra Mundial. Es en ese universo de miseria y precariedad donde se encuentran Fritz Walter e Italia Bortoluzzi en Kaiserslautern. Y desde ese día de 1946 nunca más se separarán, compartiendo cada momento de su existencia, en un espíritu de respeto mutuo que siempre debe ser la base de cualquier relación. Era famoso. Muy famoso, por cierto. El futbolista más fuerte de la época: de eso no hay duda.