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La fuerte caída de las acciones de los bancos europeos en las últimas semanas es una señal de que el ciclo crediticio está cambiando. Ese cambio tardaría mucho en producirse dadas las condiciones económicas que desafiaron la gravedad en los últimos cinco años. Ahora, con la proliferación de signos de debilidad, especialmente entre los consumidores, es probable que las pérdidas por préstamos aumenten más rápidamente.
Se trata de una mala noticia para los bancos y sus accionistas, pero podría ser el salvavidas que los cobradores de deudas europeos en dificultades han estado esperando.
La italiana doValue es un claro ejemplo. Las acciones de la empresa han caído más del 80% desde principios de 2020 y sufrieron un nuevo golpe tras la publicación de sus resultados el jueves. La menor recaudación en el primer semestre del año la llevó a recortar sus previsiones para todo el año. La situación no es mejor que la de su par sueca Intrum, que está enzarzada en una lucha con los tenedores de bonos para reducir las deudas que asumió para comprar préstamos incobrables.
La falta de nuevos préstamos morosos provenientes del sector bancario tampoco ha ayudado, pero hay señales de que este flujo se reanudará.
Los cobros se han vuelto más difíciles debido a los mismos problemas que están asfixiando a los consumidores: la inflación y el aumento del costo de vida. En doValue, los cobros cayeron un 14 por ciento interanual en el primer semestre, y la tasa de cobros se redujo del 4,4 por ciento al 4,2 por ciento. En Intrum, los cobros fueron un 4 por ciento más bajos durante el mismo período.
Los préstamos morosos han comenzado a aumentar en los bancos este año. La reciente caída del 10% en las acciones de los bancos refleja en parte un aumento de 0,1 puntos porcentuales en las provisiones previstas, cree JPMorgan. Eso sólo haría que el costo del riesgo en toda Europa volviera el año que viene a niveles acordes con los promedios históricos.
De todos modos, sería un recurso para los cobradores de deudas ávidos de crecimiento. El aumento de los préstamos morosos pondría a prueba la eficacia de los planes de crecimiento de Intrum, que requieren poco capital, señala Johan Ekblom de UBS. Históricamente, la empresa creció utilizando su propio balance. El nuevo modelo, en el que compartirá la compra de nuevos NPL con el inversor estadounidense Cerberus, podría generar un crecimiento más rápido que doValue, que depende de la obtención de nuevos mandatos de servicio de los propietarios.
Sin embargo, Intrum primero debe superar una reestructuración, a la que se oponen algunos de sus tenedores de bonos a corto plazo. Sus acciones, que han sufrido graves pérdidas, han subido un 30% desde principios de julio con la esperanza de que se acerque una resolución. Mientras tanto, el precio de las acciones de DoValue sigue siendo el más bajo desde su salida a bolsa en 2017. Una visión bajista de las perspectivas económicas de Europa podría augurar tiempos más prometedores para ambos.