Bangladesh, piedra angular de la industria mundial de la confección, se encuentra actualmente sacudido por disturbios políticos internos. Esto podría tener un grave impacto en la industria de la moda internacional. Las recientes protestas contra el sistema de cuotas laborales del gobierno, que culminaron con la renuncia del primer ministro autoritario, provocaron cortes de Internet y toques de queda. Estas perturbaciones podrían causar daños por miles de millones de dólares a la industria textil, una parte clave de la economía de Bangladesh.
El Bangladesh Business Post informó que muchos compradores internacionales ya cancelaron pedidos o exigieron una compensación. “Algunos compradores insisten en el transporte aéreo en lugar de la ruta marítima habitual. “Además, los cierres de fábricas han paralizado la producción, agravando las pérdidas”, afirma la publicación.
Las estimaciones iniciales sugieren que es posible que se hayan perdido pedidos por valor de más de 4.000 millones de dólares (3.600 millones de euros). Las asociaciones industriales informan de pérdidas de 800 millones de dólares sólo en el sector textil y de la confección en sólo cinco días.
El impacto económico no se limita a la industria de la confección. Zaved Akhtar, presidente de la Cámara de Comercio Exterior, dijo a Bloomberg en julio: “Se estima que los toques de queda nocturnos y el bloqueo de Internet tendrán un impacto de 10 mil millones de dólares en la economía, y se espera que los costos aumenten aún más”.
Impacto global
Como segundo mayor exportador de prendas de vestir del mundo después de China, los problemas de producción de Bangladesh están impactando las cadenas de suministro globales. Los retrasos en las entregas y los pedidos no cumplidos están aumentando, lo que obliga a muchas marcas y minoristas de moda internacionales a repensar sus estrategias de abastecimiento.
La crisis podría desencadenar un cambio en la producción mundial de prendas de vestir. Los analistas de la industria sugieren que las empresas podrían acelerar los planes para diversificar su abastecimiento fuera de Bangladesh, lo que podría beneficiar a otros productores de prendas de vestir como Vietnam, India, Camboya e Indonesia.
Además, los disturbios aumentan la preocupación por las condiciones laborales en el sector textil de Bangladesh, que emplea a millones de personas. Las interrupciones prolongadas de la producción podrían provocar importantes pérdidas de empleo y dificultades económicas, lo que podría alimentar una mayor inestabilidad social.
La industria mundial de la moda sigue de cerca los acontecimientos en Bangladesh. La crisis pone de relieve la vulnerabilidad de las cadenas de suministro internacionales y podría provocar una reevaluación de las estrategias de abastecimiento por parte de las principales marcas y minoristas.
Esta publicación traducida apareció anteriormente en FashionUnited.uk.