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Chevron planea trasladar su sede de California a Texas, convirtiéndose en la última gran empresa en abandonar el estado de la costa oeste después de quejarse de una regulación excesiva.
La segunda compañía petrolera más grande de Estados Unidos dijo el viernes que mudarse de la ciudad californiana de San Ramón a Houston “permitiría una mejor colaboración y compromiso con ejecutivos, empleados y socios comerciales”.
El director ejecutivo Mike Wirth haría el cambio a finales de año, añadió Chevron.
En enero, Chevron criticó lo que describió como un “entorno regulatorio cada vez más severo” en California y redujo el valor de sus activos en el estado.
Chevron ya tiene operaciones importantes en Houston, con unos 7.000 empleados en una ciudad que se autodenomina la “capital energética del mundo”. La reubicación de sus aproximadamente 2.000 empleados en San Ramón tendría “impactos mínimos inmediatos”, afirmó la empresa.
Texas ha buscado atraer empresas con impuestos más bajos y regulaciones más flexibles. Más de 300 empresas se han mudado al estado desde 2015, lo que ha ayudado a impulsar un auge que ha convertido a Texas en la octava economía más grande del mundo, por delante de Canadá, Italia y Rusia.
Chevron trasladará gradualmente todas las funciones corporativas a Houston durante los próximos cinco años y los puestos que respaldan sus operaciones en California permanecerán en San Ramón.