La ansiedad de Ganna y mamá Daniela: «Sufro mucho…». Velo: «Final excepcional»


Papá Marco se aisló durante la contrarreloj sin mirar las imágenes: «Filippo demostró estar muy bien». El entrenador: «Un podio, que se consigue haciendo lo mejor posible»

por nuestro corresponsal Ciro Scognamiglio

28 de julio – 00:37 – PARÍS, FRANCIA)

Cuando Filippo Ganna corrió el riesgo de caerse durante la contrarreloj y terminó en plata detrás de Remco Evenepoel, el padre Marco y la madre Daniela no estaban juntos. Marco se había aislado y no veía las imágenes, sino sólo los tiempos intermedios. Daniela dejó escapar un grito. «Estoy contento con la plata, sigue siendo una medalla olímpica – afirma Marco Ganna, 7.° en piragüismo en Los Ángeles 1984 -. Es una pena la lluvia, pero Evenepoel fue mejor y hay que aceptar el resultado. Filippo demostró que era capaz Está muy bien y eso también da moral a los demás compañeros del cuarteto». Para llegar a París, la madre Daniela también superó su miedo a volar: «La contrarreloj es toda de Filippo, lo sentimos de manera particular. Él quería el oro y el otro día estaba seguro de que lo conseguiría. Pero con agua». Todos estábamos un poco preocupados, incluso nos resbalamos en el pie, pero estábamos muy contentos. Filippo estuvo trabajando mucho y no tengo ninguna duda de que una vez pasado el primer momento estará contento con el resultado. Siempre a su lado, para bien o para mal, celebramos la medalla, pero lo habríamos celebrado incluso si hubiera terminado cuarto».

el técnico

Y luego está el entrenador Marco Velo, que siguió a Filippo en el buque insignia, junto con Mario Scirea y el mecánico Matteo Cornacchione: «Como campeón, Filippo logró remontar una situación crítica, arriesgando el podio. En cambio, logró un final excepcional. Es un medalla de un metal importante, me alegré enormemente, no vi el patinazo en vivo, apenas le había dado la indicación de que se mantuviera en el lado derecho y estaba leyendo las tres líneas para decírselo inmediatamente después, y lo escuché. gritando en el auto, así que miré hacia arriba y lo vi en el suelo, luego vi las repeticiones, y en cambio fue muy bueno manteniéndose en la silla 100 veces más, alguien cae 120 veces en una situación similar a la que protegió. A él, le dije en ese momento que se mantuviera concentrado y lo diera todo hasta el final. Me quedaba poca voz pero valió la pena. Al igual que Watt, hizo una contrarreloj impresionante, pero no quiero decir eso en el final. En seco habría ganado porque Remco merecía el podio, conseguido haciéndolo lo mejor que pudo».





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