La cesión de Valentin Carboni al Marsella es una negociación que se ha iniciado y que también me suena: en el pasado el Inter despidió así a jugadores importantes que nunca fueron recuperados
“Si hay química, sólo te falta una cosa: el tiempo. Pero el tiempo es una bestia fea”. Robin le dice esto a Ted al comienzo de la séptima temporada, incluso usando un término un poco más incisivo, por así decirlo, con un cigarro en la mano, durante una profunda reflexión. Es una de varias lecciones extraídas por Cómo conocí a vuestra madre, que no tiene nada que ver con el fútbol, pero el concepto en general es absolutamente aplicable. Cuántas veces, de hecho, surge ese sentimiento entre un club y un jugador, y luego el momento no coincide. Se pierden así grandes oportunidades, que en cualquier caso no impiden que ninguna de las partes se pierda, sino todo lo contrario. A veces son precisamente estas puertas correderas las que hacen la fortuna de los interesados. La historia reciente del Inter habla de muchos de estos momentos, de jugadores cedidos y luego abandonados para convertirse en campeones en otros lugares. Esta duda surge ahora que Valentín Carboni podría marcharse al Marsella con la fórmula de un fichaje temporal.