Por Anne Losensky
Christel* de la oficina de correos entrega cartas. Sea cual sea el viento y el tiempo en Berlín-Hellersdorf. En el Wuhlegarten, la cartera (62), que iba en bicicleta delante, fue golpeada por detrás en la cabeza con una botella de cerveza. La botella se rompe y la cartera cae. Un hombre se inclina sobre la mujer y grita completamente loco: “¡La Bundeswehr me ha ordenado matar!”.
Locura cotidiana: Así es exactamente como sucedió. El 5 de enero de 2024 al mediodía en la Lubminer Straße de Hellersdorf. El hombre de la botella sigue golpeando con el puño. Sólo suelta a la cartera cuando los transeúntes se involucran. Está tirada sobre su sangre (cráneo magullado, hematoma en las gafas, laceraciones). Pero ella todavía está viva.
► Tribunal Regional, sala 537. Procedimiento de seguridad contra el embotellador Thomas R. (37). El ingeniero eléctrico de Kaulsdorf-Nord se encuentra tras las rejas desde el 5 de marzo de 2024. No en prisión, sino en el hospital correccional. Debería quedarse allí: podría representar un peligro general.
Así describe su loco mundo: “Me bebí la botella de cerveza vacía. Me apretaba el cráneo. Escuché voces. Quería desahogarse. Golpea a la mujer en la cabeza con la botella. Quería probarlo para deshacerme de las voces. De lo contrario, gritaré como contra-sonido. Pero luego surgen problemas con los vecinos. El sistema de transmisión de voces se encuentra en Tempelhofer Feld”.
Juez: “Entonces te sientes atormentado por los dispositivos técnicos. Pero entonces ¿por qué atacan a personas que no pueden hacer nada?” El ingeniero: “¡El sistema está bajo tierra, no puedo acceder a él!” El académico sufre desde hace años una “vida delirante sistematizada”.
El uno por ciento de la población sufrirá esquizofrenia al menos una vez en la vida. Con más de 3,6 millones de habitantes en Berlín, son 36.000 personas con las que no querrías encontrarte si están de mal humor o no han tomado sus pastillas… Veredicto del 5 de agosto.
(*nombre cambiado)