Simon-Leon, el derbi cubano que vale el scudetto

Son 4 los jugadores caribeños que juegan el acto final de la Superliga. Los padres animan desde La Habana, pero ver los partidos cuesta mucho…

Gian Luca Pasini Raúl Rodríguez

4 de mayo
– Milán

Un scudetto en salsa cubana. La isla que alguna vez fue de Fidel Castro ya no es una potencia mundial de mates como antaño, pero el campeonato de la Superliga seguramente pasará por manos cubanas. Manos pesadas. Como las de Robertlandy Simon, hoy por hoy el mejor central del mundo, capitán de Lube (durante la larga ausencia de Juantorena) que en estos playoffs está condicionando (a favor de Civitanova) la serie. El domingo -en Perugia- fue con diferencia el mejor y, pese al papel, también el goleador más prolífico de su equipo. Uno capaz de cambiar el curso de un juego. Y si Osmany todavía está en boxes, su “reemplazo” Marlon Yant jugó el Juego 1 a niveles increíbles. Con una rivalidad nunca oculta con Wilfredo León. “Es lo mismo cada vez. Él trata de tirar con toda su fuerza y ​​nosotros hacemos lo mismo”, dijo Robertlandy. Él y Wilfredo estuvieron entre los jóvenes de esa Cuba que impresionaron en la Copa del Mundo en Roma en 2010. Terminaron plata detrás de Brasil. Fue en Italia donde su carrera despegó definitivamente. Hoy, doce años después, serán la encrucijada para determinar qué camino tomará el Scudetto: de nuevo el de Civitanova o el de Perugia.

Desde lejos

Un campeonato (no) visto de lejos. La final también se juega en Cuba: ¿cómo? ¿Con la imaginación? Gracias a Internet, que es caro en la isla. Muy caro. Más que la plantilla para comprar, sin embargo, pueden los sentimientos, los vítores. Y lo diferido es bienvenido, o algún extracto tomado aquí y allá de un sitio: siempre hay que arreglárselas y abrirse camino entre los cubanos. Así Civitanova-Perugia (esta noche carrera-2, a las 20.30 h), papá Simon y mamá Yant, o los padres de Robertlandy Simon y Marlon Yant, dos grandes protagonistas de la carrera-1 en Umbria, lo viven de otra manera. Y también hay curiosas implicaciones de este cruce entre los dos frentes: los dos padres de uno y otro jugaban baloncesto en lugar de voleibol. Y jugaron en sus respectivas selecciones nacionales. Se encontraron apasionados por el voleibol gracias a sus hijos, «nuestro orgullo».

corazon de madre

Dice Gricel Herrera, madre de Yant: “La final de Italia no se transmite por nuestra TV, para ver los partidos hay que pagar por Internet, en vivo y gratis es imposible. No creo que mucha gente fuera de la familia sepa mucho cómo va esto. Descargué el último partido con Trento, pero es todo complicado. Gracias a Ronald (Ronnie Suriz, que se encarga de una sección web de voleibol en Cuba, ed) que tiene una suscripción a la Superlega, podemos saber más. Pero no puedo ver toda la carrera, no puedo consumir todos los conciertos. Y a través de un conocido, llamado el Ruso, a veces veo algunas fases del juego vía Telegram, también de pago. La alternativa es Youtube, pero la carrera hay que descargarla lo más rápido posible, porque muchas veces se cae la cola y luego se pierde todo. Pude ver algo del juego de Marlon, quien lo hizo muy bien en ataque a pesar de que falló 9 compases. Lo veo muy concentrado”. Y al final el resultado del partido corre como el boca a boca. Se propaga de puerta en puerta. “Los vecinos, mis amigos me paran: me preguntan cómo me fue. Quieren saber los detalles”. ¿Pero hablas por teléfono después del partido? “Sí, me da la videollamada, Marlon me dice que me quede tranquilo. Más que hablarme de los partidos, quiere ver a sus perros Siara y Orsetto, quienes, sin embargo, no quieren que los incriminen y se escapen. Estoy orgullosa de él, extraño mucho a Marlon, siempre está al tanto de mis pensamientos. Todavía le falta constancia, solo tiene 20 años, pero ha demostrado que puede jugar en lo más alto de la liga más difícil del mundo. Reemplazar a Juantorena es una responsabilidad muy grande. Todos -desde los entrenadores hasta los compañeros de Aire (las escuelas deportivas de Cuba, ed)- me preguntan también por los demás cubanos y cómo los veía… pero lo importante es el resultado”.

el corazon de papa

Corazón de papá El papá de Simón, que en la isla de la revolución se llama la Piedra por la pesadez de sus clavadas, confirma que la única forma de seguir la final es a través de Internet, y se alegra de que “cuatro cubanos estén metidos en estos desafíos”. es una gran satisfacción para nosotros. ¿Robertlandy? Le digo que juegue duro y que crea siempre en ello, que tenga fe en sus cualidades y por supuesto que gane… Ya era un campeón en la cuna, se movía mucho. Pero se convirtió en jugador de voleibol por casualidad, en contra de su voluntad: en el baloncesto no encontraron sitio para él. Como exjugador de baloncesto, quería verlo hacer una canasta. Pero incluso en la pared está bien. La final empezó de la mejor manera posible, nos juntamos en la casa del Vedado y tratamos de verlo vía web. Sufrí como si fuera yo en el campo. Pero salió bien”. Robert habla todos los días con su hermano Daniel, de 26 años, que también es basquetbolista: “Discuten aspectos técnicos, análisis, estadísticas. Extraña a su familia, pero ha construido un futuro para sí mismo. Cuando se mudó a Italia tuvo la oportunidad de demostrar su valía y se asentó gracias al deporte; a veces lo que pasa vale la pena e Italia es ahora el lugar adecuado para él”.



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